Es un consuelo que en los debates televisados locales se haya hablado de seguridad, limpieza, vivienda, movilidad, turismo o salud ambiental; la olla a presión de Madrid no lo invade todo. Aunque en la discusión sevillana Sanz ¡amenazó! a Muñoz con hablar de Sánchez; estaba deseando el hombre. Asistimos en el relato nacional a una voladura controlada de las elecciones municipales. Etarras en las listas, bonos para jóvenes y mayores del Gobierno, avales hipotecarios de la Junta, reproches a la pifia de la ley sólo sí es sí, o el PP carteando a los electores de diciembre… Algunos blanquean su pasado y otros abrillantan su futuro. Márquetin, no se engañen.

Un servidor ha recibido carta de Feijóo, con el resto de electores de Málaga y Andalucía. Hay un fotón del candidato del PP. El candidato de diciembre, claro, que ya calienta la banda con impaciencia. Del buzón sale una sorpresa; este señor está encantado de saludarme y me tutea. Supone, con razón, que formo parte de la inmensa mayoría de españoles que están cansados de la política. Y da a entender que está en contra de la confrontación. Esto último me llena de consuelo. Si con esa prosopopeya de moderación sus subordinados acusan al presidente del Gobierno de dictador o tirano ¿qué no dirían los Bendodos o Ayusos en caso de que su jefe estuviese a favor de la bronca?

Pero lo peor de la carta del PP no es el desvelo o la hipocresía de la misiva, sino que este partido, que tiene un gran candidato en Málaga, lo oculte. En la cara A de la carta aparece una gran fotografía del candidato a presidente del país, con ese texto familiar. Y en la cara B nos espera otro sobresalto; una foto en la que Juan Manuel Moreno solapa al candidato a alcalde, que aparece detrás de él en un papel terciario. Una falta de respeto con Paco de la Torre y sus electores, muchos de los cuales no son votantes populares.

En las anteriores municipales, en mayo de 2019, De la Torre sacó en la ciudad de Málaga 42.000 votos más de los que el PP sacó en abril en las elecciones generales. Su partido pasó en un mes de ser el tercero, con 52.863, a primero destacado con 94.444 votos. Con todo eso arrasa la olla a presión madrileña, obsesionada con el asalto a La Moncloa. Añádase a estos dislates que el presidente de la Junta usa su cargo en la propaganda de manera ilegal. Interpelado en el Parlamento ha contestado beatíficamente, como si fuese una mentira piadosa, que fue un error y que avisaron enseguida a la Junta electoral. El error, señor presidente, ha llegado a nuestras casas: prueba conseguida. Feijóo y Moreno se quieren apropiar hasta de los votos de su alcalde. Nos quedan seis meses terribles hasta las generales. No acabaremos cansados de la política, sino hartos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios