Notas al margen
David Fernández
Del cinismo de Sánchez a la torpeza de Feijóo
CONOCÍ a Felipe González cuando todavía utilizaba el apodo de Isidoro, en la primera reunión que con él mantuvimos varios miembros de la inolvidable Justicia Democrática. Tenía pendiente el entonces secretario general de los socialistas en la clandestinidad una petición de siete años de privación de libertad que parta él solicitaba el fiscal del Tribunal de Orden Público, de recuerdo no muy grato, por asociación ilícita, si bien el juicio no llegó nunca a celebrarse.
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