Gafas de cerca

Tacho Rufino

jirufino@grupojoly.com

La Feria en otra parte

Allí no faltaba nadie. La pluralidad se hacía corpórea y sensual entre lonas de rayas, suelos de albero de los Alcores, olor a churros y a chocos traídos de Huelva, mujeres vestidas de lunares y hombres maqueados a su manera -nunca perdamos de vista que un recinto ferial es un lugar en esencia estético-. Los políticos se dejaban ver con sus pretorianos y sus fotógrafos a sueldo del partido, la concejalía o la consejería. Sonrientes y radiantes, se paseaban por la Feria de Abril -arsa y toma, Pere; y no tiene novio, Meritxell- todos los políticos ya inmersos en un "no me da la vida con la campaña". No sólo Aragonès y Batet, sino también el ministro Bolaños, nuestro consejero Antonio Sanz, sacando el pecho más andaluz del elenco de feriantes egregios; la alcaldesa Colau, de tan improbable pataíta en tablao, y también su rival del PDECat, Trías, a quien hasta un simple ole le suena a dicho preparando una calçotada. Qué decir de Salvador Illa, cuya indudable elegancia no cursa con amenazar con partirse la camisita que tiene; al nivel de Feijóo, otro dudoso flamenco: todos ellos se paseaban por la Feria de Abril de Catalunya, que así reza en la portada sita en el Parque del Fórum.

El ecumenismo bajo el mar de farolillos era completo: allí tienen caseta el PSC, ERC (adonde acudió Oriol Junqueras el viernes), Vox y Ciudadanos, formación ya huérfana de Arrimadas..., la jerezana ganó unas elecciones catalanas, ¿recuerdan? Porque, huelga decirlo, se trata de elecciones. Puede que esta repentina pasarela no sólo tenga un acicate electoral, sino que también esté movida, a modo de contrición o de mera oportunidad, por hacer caladero de la bolsa charnega -la aún no domesticada y conversa-, tras la escandalera por el programa sobre la Virgen del Rocío en la televisión pública de religión indepe, de tan mal gusto y tan mal contenido odio. Los maliciosos comparan a ese episodio con la propaganda nazi, como si esos dos cúrsiles biliosos fueran comparables con la sublime estética -reitero para los ulemas de guardia: estética- de Leni Riefenstahl. ¿Puede que el chusco numerito de TV3 pretenda poner en fuera de juego al hijo y nieto de emigrante por la vía de la violencia visual y la denigración de cualquier herencia sureña? Ya uno se lo cree todo con estos iluminados, por lo general horteras de patético afán superior.

(El esaborío que suscribe no irá ni a la de Sevilla: demasiada gente. No te digo ya ir de paseo feriante a riesgo de toparme con Xavier Trias, vaya bajonazo.)

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