Futuro de la UEFinancial Times

Cartas

08 de diciembre 2008 - 01:00

Frivolidad

Produce vergüenza y tristeza que algo más de 2,6 millones de televidentes optaran el pasado viernes 28 de noviembre por presenciar en Telecinco la entrevista con el eterno enamorado y posiblemente pronto desdeñado Julian Muñoz. Físicamente el pobre (no pecuniariamente) está hecho unos zorros y aprovecho desde aquí para desearle un pronto restablecimiento. Reconozco que nunca llegué a pensar que el morbo arrastrase tanto cliente. A este paso, a Muñoces y Roldanes terminarán adjudicándoles o reconociéndoles el tratamiento de héroes nacionales. ¡Qué nivelazo el nuestro! Ahora resulta que el tierno Cachuli, apelando a los sentimientos más nobles de la audiencia, no sólo reconoce la gran ayuda recibida por parte de su familia sino que también ha cobrado 350.000 euros de Telecinco. Dinero que pone en manos de la Justicia para que lo dedique a lo que mejor entienda o convenga. ¿Será cierto? Dar crédito a este tipo de individuos cuesta trabajo... Al parecer, el eterno idilio con Isabel Pantoja en su momento sirvió para tapar el entramado de la corrupción y el desvío de miles de millones de euros de los fondos de las arcas del Ayuntamiento de Marbella. Si bien, actualmente, esos encendidos y apasionados amores comienzan a enfriarse peligrosamente y, según cuentan, uno de los motivos, es el enfrentamiento producido en torno a quien es el verdadero propietario de la finca Mi Gitana. El cinismo es una filosofía, pero también un estibo de vida que Julián Muñoz practica sin el menor recato al reconocer que él acude a Telecinco "para ganar dinero" y esto lo dice alguien que tiene más de cien causas abiertas con la Justicia. Ahora, este paleto, porque en el fondo lo es, pretende asumir y proyectar la imagen de cordero degollado pero con una tendencia genética hacia lo ajeno incontrolable. A la postre, Telecinco está consiguiendo lo que pretendía: convertir la entrevista en un espectáculo de dudoso gusto. En unos momentos como los actuales y ante un paisaje deprimido por la recesión, con unas cifras de desempleo calamitosas, el consumo por los suelos y sin un horizonte medianamente claro a largo plazo, actuaciones como las de Telecinco constituyen toda una frivolidad.

José Tomás Cruz (Correo electrónico)

Pasividad

Espeluznante fue la foto del cadáver de Ignacio Uria, fríamente asesinado en la calle por pistoleros de ETA. Pero más espeluznante aún es la foto, al poco rato y a pocos metros de donde cayó su cadáver, de la partida de cartas a la que acudía la víctima, que se celebró como de costumbre, habiendo ocupado ya otro su puesto, mientras que las conversaciones eludían calificar el asesinato. "Desgraciado el pueblo -decía un italiano en la región de la mafia- en el que sus habitantes deben ser o héroes o cobardes". En el País Vasco, mientras no disminuya sustancialmente el número de pasivos, no habrá posible solución a esa inmensa y larguísima tragedia que, en distinto grado, nos afecta a todos.

Alejandra Brea (Correo electrónico)

En Bruselas, París, Washington y otras capitales se oye cada vez más la misma queja: Alemania está actuando unilateralmente. En una amplia gama de asuntos, los alemanes parecen pensar que la UE ya ha dejado de promover sus intereses y parecen más propensos a ir por su propio camino. La política exterior de Alemania ha evolucionado de una manera que deja a la UE más débil. Consideremos cinco áreas políticas claves. Desde que golpeó la crisis financiera, Alemania se ha desmarcado de la acción coordinada en el ámbito de la UE. En segundo lugar, en lo que afecta al cambio climático, Alemania (junto con Italia y Polonia) ha luchado contra las propuestas de la Comisión relativas a subastar los permisos de emisión de carbono. En tercer lugar, Alemania mantiene amistosas relaciones con Rusia como un interés nacional vital. En cuarto lugar, Alemania, junto con el Reino Unido y Francia, lidera la diplomacia con la UE en relación con el programa nuclear de Irán. Pero Alemania parece poco dispuesta a imponer sanciones económicas a Irán, y esto tiene enfadados a Londres, París y Washington. Finalmente, estas tres capitales desconfían del compromiso alemán en relación con la OTAN y la defensa de la UE. (...)

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