Quousque tamdem

Luis Chacón

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Gajes del oficio

Les guste o no, es posible que el hábito no haga al monje, pero oculta al hombre

Al volver de una Jura de Bandera, un anarquista tiroteó a Alfonso XIII. El caballo que montaba resultó muerto y tras el revuelo, el monarca subió con gran serenidad a otro, mientras le decía, con cierta ironía, al ministro de la Guerra: "Gajes del oficio". Salvando las distancias, gajes del oficio político son asistir a inauguraciones y desfiles o presentarse correctamente vestido en las Cortes. Pero nuestros dirigentes confunden esas sencillas obligaciones con los trabajos de Hércules.

Hace años, el ministro de Industria apareció sin corbata en el Congreso en una triste relajación de las costumbres parlamentarias aduciendo ahorros energéticos. Después, Podemos inició el desopilante desfile institucional de moda low cost que se ha sublimado con la propuesta de "flexibilización de las convenciones de vestuario de los trabajadores y trabajadoras para posibilitar el uso de pantalón corto durante la época estival" según el texto presentado por Compromís en las Cortes Valencianas. Texto que entrecomillo por pura vergüenza torera. Porque entre el lenguaje desdoblado y el lírico estrambote, es huera prosa política.

También el presidente Sánchez apareció descorbatado haciendo a tan ilustre prenda culpable del cambio climático. Se ve que los aviones oficiales se impulsan a pedales. Este peronismo estético es pura ideología. No es el calor, ni la crisis energética. Es la obsesión por acabar con lo que siempre ha sido el "uniforme de las democracias", como le dijo el general Franco a un impecable conde de Rodezno que en una recepción osó lucir chaqué en lugar del vulgar uniforme falangista. El descamisado, esa figura tan peronista que contrasta la supuesta naturalidad del pueblo con la afectación de las clases altas -esas a las que Podemos quiere sablear a impuestos- es término que ya recogía Iriarte en sus Memorias al referirse al argentino Manuel Dorrego que paseaba desaliñado por Buenos Aires. "Excusado es decir que esto era estudiado para captarse la multitud".

Lo curioso es que el descorbatado señor Sánchez mañanero apareció luciendo tan denostada prenda en su reunión vespertina con el presidente serbio. Habría que recordarle la vieja máxima de que un caballero debe avergonzarse si sus palabras son mejores que sus actos. Les guste o no, es posible que el hábito no haga al monje, pero oculta al hombre. Y es la institución a la que representan temporalmente a la que deben respeto.

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