Hablar por teléfono, toda una odisea

LA verdad es que esto de hablar por teléfono se ha convertido en un problema y gordo. De pequeño, cuando vivía en Álora, en casa teníamos un teléfono colgado en la pared y para hablar, se descolgaba y salía la voz de la telefonista que manejaba una centralita y te preguntaba : ¿Qué numero desea? El 15 por ejemplo y al ratito estabas hablando. Si lo que deseabas era hablar con otra ciudad, tenías que decirle que querías una conferencia con tal número. La telefonista siempre adelantaba más o menos el tiempo que tardaría en conectar con dicho número; a veces más de una hora.

Después salieron los mismos teléfonos, en negro también, pero con una rueda para marcar el número. La rueda con el tiempo se gastaba y tardaba en girar, pero servía y el formato de los teléfonos se fue actualizando, hasta llegar a los modernos Domo de Telefónica. Paralelamente fueron apareciendo nuevas compañías y el lío está formado. No es que yo no sea partidario de la liberalización de la telefonía, pero tal como están las cosas preferiría que se hubiera quedado el monopolio.

Y digo esto porque no conozco a nadie que esté contento con su compañía y andamos cambiándonos de una a otra, a ver si acertamos con alguna que sea seria , en serio.

Las compañías de telefonía móvil son conscientes de que el telefonito forma parte de nuestro organismo como si fuera una víscera mas de nuestro cuerpo. No podemos vivir sin ellos. Esta adicción ha traído consecuencias negativas sobre nuestra salud psíquica, de tal manera que, ya de por sí toda adicción es mala, y ya existen muchas personas que necesitan ir al psicólogo por este problema, aparte del gasto que supone y los descubrimientos de conversaciones con terceras personas… Con lo cual han aumentado ciertas problemáticas que han favorecido el incremento de los cuadros de ansiedad.

Los cambios de planes de precios se pueden hacer por teléfono o en un establecimiento, pero si eliges el teléfono, la señorita que suele ser sudamericana y con una rapidez espantosa hablando, te sugiere a veces que si lo haces por teléfono tienes más ventajas que si vas al establecimiento, resultando que luego no es verdad.

La televisión nos bombardea con nuevos modelos, nuevos precios y nuevos contratos, pero hay que ser verdaderos linces para saber lo que no nos dicen y leer la letra pequeña si se firma un contrato.

Tanto si el contrato se hace por teléfono como si se hace por escrito hay que cumplir una permanencia mínima de 18 meses. Si ellos incumplen por cualquier causa, teóricamente no podemos cambiar de compañía hasta cumplir los 18 meses, y hay que tragarse sus anomalías y si te cambias sin cumplir la permanencia, a los pocos días llaman advirtiéndonos de que la deuda seguirá el proceso judicial y que figuraras como moroso. Vamos que esto se ha convertido en una odisea.

Yo he estado con una compañía unos 12 años con contrato, fiel pagador siempre. Cambié de domicilio y tuve que ir a la oficina del consumidor para conseguir que me enviaran las facturas al nuevo domicilio. Llamaría unas 10 ó 12 veces.

En cada llamada me atendía una señorita distinta y todas me afirmaban que ya estaba cambiada la dirección pero pasaban los meses y no recibía nada.

Una vez que la oficina del consumidor actuó, conseguí que me enviaran fotocopias de las facturas de los seis últimos meses.

Hace poco en un establecimiento de dicha compañía, hice un nuevo plan de llamadas, y al mes me viene una factura que no correspondía al plan contratado, pues haciendo las cuentas me tendrían que haber cobrado la mitad. El chaval que me facilitó el nuevo plan de precio llamó y efectivamente figuraba en el ordenador el nuevo plan pero no había sido activado, con lo cual tenía que pagar y me aplicarían la nueva factura al mes siguiente. Creo que estamos muy desamparados y que se hace necesario el control de estas empresas por parte del Gobierno, pues las oficinas de los consumidores están repletas de reclamaciones por el mal funcionamiento de las mismas.

Naturalmente me fui al banco devolví la factura y di orden de no pagar. Me he cambiado a otra compañía con la que espero seriedad y si no, funcionaré con tarjetas recambiables.