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Macarena Olona debe pensar que en Andalucía somos tontos del culo

Macarena Olona debe pensar que en Andalucía somos tontos del culo. Al menos eso es lo único que soy capaz de deducir del brillante razonamiento con el que nos obsequió el pasado viernes desde la feria de Jerez.

-Me empadroné en el País Vasco cuando estuve sirviendo allí…Me empadroné en Madrid cuando luego pasé a prestar servicios en Madrid y como diputada nacional. Candidata a la presidencia de la Junta de Andalucía….

Corolario del oyente: es lógico que se empadrone aquí. Pues no.

Primero. Se empadrona en Euskadi cuando va allí a trabajar, donde fija su residencia habitual porque le viene un poco forzado coger el tren todos los días desde Alicante.

Segundo. Se empadrona en Madrid cuando se traslada a trabajar a Madrid. Las comunicaciones Madrid-Alicante son mejores que las que hay entre Alicante y Euskadi, pero sigue siendo molesto levantarte cinco minutos después de acostarte para llegar al trabajo a tu hora.

Tercero. Saca plaza de diputada por "Graná" (según la nueva fonética del Andalú de Macarena de Lebrija), pero no se empadrona en la capital nazarí. Se nota que aun no "estaba entrega en cuerpo y alma". Le faltó pronunciar "arma".

Cuarto. Por motivos de trabajo, te cambias de empadronamiento cuando lo encuentras en otra ciudad y piensas que va para largo. Por la legislación electoral autonómica, primero resides en la comunidad y luego lo buscas como presidenta. En este caso, el orden de los factores altera el producto y la abogada del estado debería, como mínimo, explicarlo.

Quinto. Según la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local, te empadronas donde se reside más tiempo al año. Según ella, abogada del estado a la que se le supone conocimiento, lo ha hecho en casa de su amigo y responsable de Vox en Granada, porque es allí donde "pasa el tiempo que no trabaja". Conclusión, debe trabajar poco. Si le quedan 183 días para bajar a Salobreña, no debe pasar más de 182 al año dando el callo en Madrid. 79 menos que cualquier trabajador delante del tajo.

Sexto. Si, como no podría ser de otra manera, hacemos caso al refranero español y aceptamos que el huésped y el pez, a los tres días hieden, mucho tiene que querer el dirigente granadino a la alicantina para "cede(r) la parte de arriba de la casa (mientras él) se queda en la de abajo" medio año. Por otro lado, si te quedas en la de abajo durante 183 días, tú la querrás mucho, pero ella "no te quiere na, mi arma".

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