Lealtad entre desleales

¿Acaso se nos han olvidado nuestras traiciones europeas, o es que nos creemos el ombligo del mundo?

En julio de 2014 populares y socialistas pactaron en las instituciones europeas que el presidente de la Eurocámara fuera el alemán Martin Schulz y el presidente de la Comisión Europea el luxemburgués Jean-Claude Juncker. Tras la votación del socialista alemán por parte de ambos grupos, llegó la hora de apoyar al popular. Y un recién llegado Pedro Sánchez ordenó a los eurodiputados españoles de su partido que rompieran el pacto y cambiaran su voto. Los socialistas aceptaron a regañadientes porque sabían lo que aquello traería consigo: la desconfianza más absoluta por parte de todos los demás, tanto propios como extraños, y el ninguneo en todas las instituciones.

Desde entonces han sido muchas las calamidades que han tenido que soportar los españoles en su participación europea, y la desastrosa experiencia de esta semana en la elección de la Presidencia del Eurogrupo no iba a ser diferente. Ahora algunos se preguntan como es posible que alguien se haya saltado un voto ya comprometido, pero ¿acaso se nos han olvidado nuestras traiciones europeas, o es que nos creemos el ombligo del mundo? Y esto no ha sido más que la punta del iceberg, porque hemos pasado a contar con un solo director general europeo, cuando cualquier país de nuestro tamaño posee tres o cuatro. Y además no podemos aumentar este número porque los hemos comprometido a cambio de los votos a Nadia Calviño, y los pactos están para cumplirlos ¿o quizás no, y volveríamos a las andadas?

Desde luego con tanto ir de éxito en éxito, hasta la derrota final, el rescate económico no hace más que acecharnos. Y ahora tenemos en contra, casualmente, a todos los países que han optado por el control de gastos superfluos y por la bajada de impuestos, principios con los que cualquier ciudadano simpatiza en tiempos de crisis, pero totalmente antagónicos con el gobierno actual. Sólo de pensar que haya que volver a los 13 ministerios de Rajoy, después de haber creado 22 carteras, es problemático. Pero eso tan solo será el primer caballo de batalla, porque basta recordar la negociación con Grecia en el pasado para entender lo que nos espera. Cada sueldo, tasa, ayuda o subvención, responsabilidad del Estado, será revisada si llegan los hombres de negro. Por tanto, si el gobierno anterior consiguió evitarlos, la experiencia se tiene y basta con ser tan metódicos como antes. Pero ¿hay disposición para ello o sólo griterío

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