Ignacio Del Valle

Lluvia de tractores

Llueven menos tractores y esa sequía me alarma más que no poder llenar la piscina. Palabra de paleto

11 de febrero 2024 - 01:00

Lágrimas de borrasca Karlotta y agitación agropecuaria. Tierra mojada y quemada. El petricor excita olor verde. La fragancia de tierra húmeda se denominó petricor en un artículo de Joy Bear y R. G. Thomas en la revista Nature, en el muy boomeroso año de 1965. Nublado desde entonces. Camino al colegio me solía detener en el concesionario de John Deere, máquinas de caparazón verde y llantas amarillas. Las del ciervo saltarín. Como desertor del arado de 3ª generación, el asunto de los siervos de la gleba debo tenerlo ahí, latente como el petricor, esperando a un meteoro propicio para brincar Bambi. Mi abuelo Jerónimo estudiaba el Kempis. Lo de la imitación de Cristo y menosprecio del mundo. El mini libro más editado de la historia. Sería porque “ Varios prelados tienen concedidas indulgencias a los que leyeren u oyeren leer (ojo al matiz analfabeto) cualquier párrafo o período del Kempis, consta en mi edición del 14 de junio de 1939. En esta sequía, de excepción Karlotteña, huracanada y Puigdemont, las agroprotestas causan incomodidades y simpatías a pares. Ahora, Penélope Cruz estrena película: Ferrari. Hay una anécdota de Ferruccio Lamborghini y su F 250 GT al que le patinaba el embrague. Lamborghini leyó la cartilla a Enzo Ferrari, que le ninguneo: un fabricante de tractores no entendía nada de sus deportivos, que si no le gustaban sus autos, diseñase el suyo. Lamborghini lanzó su primer superdeportivo, el 350 GT en 1964 , desde entonces además de ser famoso por sus tractores, los Lambo son marca de éxito de exiliados fiscales y youtubers andorranos. Pero, regresemos al Kempis, un texto del S XV repleto de consejos acerca de la humildad, la oración, la devoción y la paciencia. Una resignación a prueba de la caprichosa política agraria común y leyes caracoles de Bruselas. Tengo la convicción de que la gente del campo es la que ha hecho avanzar España. Personas esforzadas y talentosas como mi abuelo. Tractores invisibles de la sociedad del bienestar, gentes sencillas protagonistas de chanzas y burlas urbanitas. Como cabra tiro al monte y con el paso de los años me entristece contemplar la cantidad de tierras baldías, cerrojazo de explotaciones ganaderas y despoblación de tierra abrasada. Si los que nos dan de comer, no tienen ni para ellos, así renqueamos. Llueven menos tractores y esa sequía me alarma más que no poder llenar la piscina. Palabra de paleto.

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