Luces y sombras

Antonio Méndez

Mancomunados o enchufados

ME cuentan que la Junta da saltos de alegría por si el PP ejecuta su plan y finalmente elimina las mancomunidades de municipios para transferirlas a la Diputación. La de la Costa del Sol occidental, en la que participan 11 ayuntamientos del litoral, cuando se constituyó en marzo de 1972, en un acto al que asistió el entonces Príncipe de España, Don Juan Carlos, recibió la potestad sobre el agua, el negocio más rentable de todos. Si ahora se cambia de modelo de gestión, el Gobierno andaluz podría reclamar recuperar para sí esa competencia que le corresponde por estatuto.

La mancomunidad , además del citado líquido elemento, se encarga del saneamiento y del tratamiento de los residuos sólidos. Un acuerdo entre los socios que, por ejemplo, permite que las basuras acaben en Casares, lejos de la primera línea de costa. Es decir, que esa institución es el modelo que habría que ampliar e implantar por efectivo. Lo que puede ser obsoleto es la propia Diputación a la que ahora el PP quiere dotar de más poder, porque las controla y le sirven, como antes sucedía con el PSOE, para sus intereses partidistas.

Cuestión distinta es el uso partidario que se hace de este tipo de organismos. El PP, que controla la mancomunidad desde hace un año, ha colocado a 28 personas de confianza, dos menos que el bipartido anterior de PSOE e IU. Gran mérito en el recorte. Los funcionarios suman 30. Los elegidos por el dedo, entre ellos un puñado de familiares directos de concejales, cuestan casi un millón de euros al año. Y algunos puestos que ocupan están duplicados. El funcionario trabaja y el enchufado figura. Pero éste sólo obedece a quien realmente la paga: el partido. O se arrincona al funcionario y mantenemos la dualidad de funciones en la institución. El problema no es mancomunar los servicios. Eso sí que es rentable.

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