José Asenjo

Patriotas de la Constitución

Postales desde el filo

28 de enero 2023 - 01:36

La manifestación del pasado fin de semana en la Plaza de Colón parece que fue un éxito. Aunque sea difícil saber el número real de asistentes, la cifra de personas que se concentraron para protestar contra el gobierno fue muy numerosa. Más allá del libre y sano ejercicio de protestar contra lo que no se esté de acuerdo, llama la atención que se manifestasen contra el gobierno y a favor de la Constitución, como si uno y otra fuesen cosas opuestas. Se diría que el espíritu de la convocatoria era: si estás con el gobierno, no estás con la Constitución. Evidentemente hay razones para estar en desacuerdo con el gobierno, pero una cosa es estar en contra de los cambios legales o de la política del ejecutivo en general y otra bien distinta es estarlo contra su existencia, negando su legitimidad constitucional.

El presidente del gobierno fue elegido por una mayoría parlamentaria que representa a la mayoría social de votantes del censo electoral español y cuyos escaños son la mayoría de la representación de la soberanía nacional. Es un despropósito creer que la Constitución sólo es de la minoría. Además de ser contrario al espíritu de lo que se dice defender, ya que una Constitución sólo puede ser de naturaleza inclusiva. Fue el encuentro y el consenso entre fuerzas antagónicas lo que hizo posible que, los que habían sido enemigos en las trincheras, dejasen de serlo para ser adversarios dentro del marco de convivencia que es la Constitución. Resulta paradójico que ninguno de los autodenominados "partidos constitucionalistas" participase del pacto constitucional. El único que sobrevive y tuvo un papel protagonista en la redacción y el consenso constitucional fue el PSOE. Aunque también lo sería el Partido Popular, si lo consideramos una continuidad de Alianza Popular.

En tal caso habría que recordar que no todo AP aceptó en bloque la Constitución, como sí lo hicieron el Partido Comunista, el PSOE o UCD. Fraga, que defendía el sí, tuvo que dar libertad de voto a sus simpatizantes en el referéndum constitucional ya que otros dirigentes de AP defendieron la abstención e incluso el no. Ahora, sus continuadores pretenden patrimonializarla identificando su idea de nación española con la Constitución de 1978, ejerciendo de "patriotas de la Constitución". Algo que no debemos confundir, por ser contraria, a la idea de "patriotismo constitucional" desarrollada por Habermas.

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