Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Periodistas y políticos de mañana

Estamos considerando normal -y así lo admite hasta el actual ministro de Universidades- que en distintos espacios universitarios, que deberían ser lugares de educación, civismo, tolerancia, donde se estimulara el espíritu crítico de la sociedad y la futura clase dirigente, se haga alarde de mala educación, intolerancia, falta de respeto por posturas o ideologías diferentes, confundiendo la legítima discrepancia, la crítica con las ideas de los otros, por la técnica de acallarlos, insultarlos, agredirlos incluso si no lo impiden las fuerzas del orden público, que, por desgracia, han de intervenir en estos escraches.

En los últimos tiempos hemos visto en algunas facultades, especialmente en Madrid -y en Barcelona, con el independentismo, aunque la de Granada tampoco está exenta- cómo grupos de estudiantes amaestrados han impedido explicar sus tesis a políticos, intelectuales, periodistas de diverso signo. Distintos personajes o no han podido exponer sus ideas o han sido insultados gravemente a la llegada al ámbito del saber, la tolerancia y la formación. Escraches han recibido desde Felipe González -organizado por Iglesias, por 'estar machado de sangre'- a, recientemente, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, pasando por periodistas destacados como Juan Luis Cebrián, director que fue de El País, clave en la transición hacia la democracia en España. No puede confundirse el papel reivindicativo que los movimientos estudiantiles tuvieron en la España franquista, donde en la Universidad se estimulaba el germen del cambio de régimen, en busca de las libertades democráticas, con estas actitudes comentadas.

Menciono a facultades concretas de Ciencias de la Información de la Complutense -donde este comentarista recibió la licenciatura en periodismo, aunque el periodismo lo había practicado muchos años antes- y la de Políticas, porque se supone que en ellas se forman los periodistas y políticos de hoy y de mañana. No creo que los periodistas que tendrán el deber de informar y enjuiciar la vida política, social y cultural y a sus protagonistas, deban utilizar términos como "asesina, fascista, racista, machista", dedicados a la presidenta de la comunidad madrileña -con la que no me siento identificado con su quehacer político, entre otras cosas por no vivir en Madrid- por haber sido designada 'alumna ilustre', entre otros alumnos que han destacados en la sociedad por diversos motivos. De Ciencias Políticas han surgido, también, en sectores del profesorado madrileño, discursos totalitarios y excluyentes que han nutrido a Podemos. Con este panorama de acallar, insultar o descalificar a los otros mal vamos. Porque en vez de progresar rozamos los perfiles de la España más negra.

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