Luces y sombras

Antonio Méndez

Portadas de ayer y hoy

EL 16 de enero de 2006, lunes, este periódico abría su edición con una información a cuatro columnas: "Los bancos dan pensiones por pisos en la Costa del Sol". La llamada hipoteca inversa. Tengo tan presente aquella apertura porque fue con la que me estrené al frente de este diario y guardo como recuerdo una portada enmarcada que más tarde me regaló una amiga.

El pasado martes, con similar tipografía titulábamos: "Inversores europeos y árabes buscan urbanizaciones chollo y sin vender en la Costa del Sol". Ni siquiera han transcurrido tres años entre estas dos noticias pero media más que un abismo. Recuerdan aquel interés desenfrenado por invertir en inmuebles. El gran negocio de la vivienda, con entidades financieras que las tasaban incluso por encima de su precio real, que nos daban todas las facilidades para suscribir los préstamos hipotecarios, con lo cual el propietario no tenía que asumir riesgo alguno. En caso de apuro se le daba el pase rápido a la casa y a comentar en las tertulias los beneficios millonarios con la rápida segunda compraventa. El que no se hacía rico era menos que tonto.

Insisto, ha caído el diluvio, pero no hace ni 34 meses del desplome con todo su cemento de este dañino mundo de Jauja.

Y ahora, con 25.000 pisos en stock en la provincia, algunos grupos extranjeros con capital, a sabiendas de los apuros económicos de decenas de promotores y constructores, detectan que es época de gangas. Conocen de sobra que en diez años, el sector inmobiliario en el litoral malagueño de nuevo supondrá una gran fuente de negocio y ya están preparados para sacarle tajada.

Hoy comienza el Salón Inmobiliario del Mediterráneo. Un buen momento para comenzar a desterrar el pesimismo. Lo malo es que en muy poco tiempo olvidaremos esas dos portadas. Incluso yo.

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