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Crónica personal
Vox ha dado un portazo a Olona. Le ha cerrado la puerta en el partido, aunque Espinosa de los Monteros le ha deseado todo lo mejor en lo personal. Pero queda fuera del proyecto después de semanas de convertirse en un dolor de cabeza con su actitud de me voy pero no del todo. Daba pasos que indicaban que pensaba crear una corriente dentro de Vox.
Cobra cuerpo la versión de que, más allá de que tenga problemas de salud, como tantísimos políticos, como tantísimos españoles, Macarena Olona no ha asumido bien el resultado andaluz, donde ha ganado dos escaños para Vox pero no ha cumplido, ni de lejos, las expectativas.
Desde que renunció al escaño andaluz y a la política, no daba la impresión de que considerase la política una aventura pasada. Se la veía con una inquietud extrema por hacerse notar y había aplazado su incorporación a la abogacía del Estado, aunque se daba por inminente. Desde su círculo, que no es muy amplio, se insinuaba que en realidad estaba harta de que el secretario general Ortega Smith le cortara las alas permanentemente, lo que impedía que Olona pudiera desplegar la actividad propia de alguien que se había convertido en un personaje importante como portavoz parlamentaria adjunta. Casi siempre, más incisiva y más aplaudida que el propio presidente del partido, Abascal, o el portavoz Espinosa de los Monteros.
Contaban también sus afines que pidió a Abascal que, una vez cumplido un tiempo en Andalucía, pudiera presentarse a las elecciones del 2023, pero el presidente del partido no lo vio claro. Ella misma había insistido en su compromiso con los andaluces fuera cual fuese el resultado, y su regreso al Congreso podía perjudicar la credibilidad de Vox en toda España. Un partido que no pasa por su mejor momento.
Con el anuncio de Espinosa de los Monteros de que Vox no cuenta ya con Olona, queda una incógnita por descubrir: si Macarena Olona se va a resignar a ser sólo abogado del Estado -que no es poco- o tratará de enredar políticamente porque, conocidas las mieles del éxito -en el Congreso de los Diputados, no en Andalucía- no se resigna al ostracismo.
Mal asunto para Vox cuando el partido necesita más que nunca ofrecer una imagen potente, la que tenía hasta el resultado andaluz. Olona no consiguió el objetivo que se había marcado, pero tiene apoyos incondicionales que son los que, estas semanas, la han empujado a tomar decisiones equivocadas. Porque tenía futuro en Vox, si no se hubiera dejado llevar por el defecto habitual en la mayoría de los políticos: la vanidad, y la ambición personal más allá de los intereses de sus partidos.
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