El espontáneo

Juan Cachón Sánchez

Presentimientos

28 de octubre 2011 - 01:00

SE puede? -Pase. -Buenos días, doctor, vengo a verle. -¿Por qué? -Tengo presentimientos. -Pero, ¿presentimientos de qué? -Pues de qué va a ser. De que mi mujer está enamorada de Sharon Stone. -¿Cómo? ¡Eso es un absurdo! ¡Querrá usted decir de Michael Douglas junior! -Eso mismo le dije yo. -No diga nada, sólo diga 33. -Y por qué 33 y no el número pi. -Pues porque soy médico y me educaron en eso, en que siempre hay que decirle al enfermo que diga 33 y no que describa una parábola o una elipse. Pero bueno, ¿a qué viene tanto lío? ¿Usted no ha venido a verme porque dice que tiene presentimientos y yo soy urólogo y no psiquiatra?

-¿Y eso qué tiene que ver? ¿Usted no se llama Don Romualdo Hidalgo de las Siete Villas y vive enfrente del estanque del Retiro y operó a la Chelito de cataratas?

-Sí, todo eso es cierto, y además coincide con el aniversario de bodas de unos primos que tengo en Soria, que tienen permiso de exportación de carne de vacuno para enviarlo vía Copenhague a Shangai, con lo cual me confunde usted con la dama de Shangai.

-¿A qué viene todo este embrollo? Yo ya presentía algo en cuanto le vi entrar, por algo tengo ojo clínico.

-Luego me está dando la razón. Usted es médico y además vive en el 3° D y a su abuelo se le pinchó una rueda del Hispano-Suiza en el que solía pasear con Julio Camba, Belmonte y Ortega y Gasset, cuyo chófer era el doble del maestro de esgrima Afrodisio Aguado, pero aquellos eran los tiempos de la Belle Époque, del canotier, de Maurice Chevalière, de Josephine Baquer, si era la época casi de cuando aquel vasco catedrático de griego de Salamanca que dijo: "Que inventen ellos". Se refiere al señor Jugo, sí, a Don Miguel de Unamuno y Jugo, y no al señor Jugo, eso sería para su parentela, que era muy paleta y no sabía lo que era el orden Jónico, ni la rebelión de las masas.

-Oiga, don Simón, está acabando por volverme loco, irrumpe, toca el timbre, le abre mi secretaria, le da cita, me dice que tiene presentimientos, y lo único que le noto es que tiene ojeras de no haber dormido en toda la noche.

-Pues claro, cómo voy a dormir en toda la noche si presiento que mi mujer se ha enamorado de Sharon Stone.

-Bueno, ¡cállese! y diga solamente 3,1416. Ahora, enséñeme los calcetines, pues el traje ya me he fijado que es de Armani, por eso le he permitido que diga 3,1416 en vez de 33, así le puedo cobrar más y pagar la última letra del Jaguar que tengo aparcado en el Palace y me lo tiene a punto el nieto que le servía café con leche a Julio Camba. Ahora se ha liado con la de la limpieza que es la que da Sidol a la placa que tiene en el hall. Yo creo que lo mejor que podríamos hacer para desfacer este entuerto es tomarnos unos dry martini y conmemorar el 80 aniversario del desastre de Annual, porque al paso que vamos yo dudo que sea galeno y que usted tenga presentimientos.

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