Puentes subvencionados

Los hosteleros también quieren ayudas, pero dudo que el Gobierno andaluz bonifique ahora el consumo del gin tonic

El próximo 1 de octubre arranca la campaña promovida por la consejería de Turismo de la Junta con la que bonificará con un 25%, hasta un máximo de 300 euros, las pernoctaciones durante tres o más días en los hoteles de Andalucía. Entiendo que el presidente Moreno no querrá que baje la productividad laboral en la comunidad, porque los empleados privados y los funcionarios a la vista de la oferta se pidan al por mayor días de asuntos propios para pirarse de viaje. Así que supongo que en realidad el Ejecutivo autónomo lo que prima es que los andaluces se vayan de puente en octubre y con ocasión del primero de noviembre. Y luego queda el de la Constitución.

No albergo ninguna duda de las sanas intenciones del Gobierno autónomo con esta iniciativa. Pero en román paladino, está subvencionando las vacaciones en esta comunidad. Vacaciones cortas, eso sí. Espero que no se entere la Unión Europea, con esos fondos de rescate. Aunque siempre podemos alegar que mejor que cuando lleguen nos pille a todos descansados.

Debe entender el vicepresidente Juan Marín, promotor de la idea, que si el automóvil es un sector estratégico para España y nadie alza la voz con los planes renove para que cambiemos de coche con ayudas estatales -que por cierto luego hay que declarar-, el sector turístico no lo es menos para Andalucía. Así que hay incentivar las estancias con cargo al erario público. Evidentemente, aunque la medida no excluye a nadie, dudo que muchas familias en la actual situación económica dispongan de recursos suficientes para gastarlos en los establecimientos hoteleros. La vida es así de injusta.

La gran mayoría de las cadenas hoteleras que operan no son andaluzas. El objetivo que se persigue es mantener activos los puestos de trabajo. Pero resultará un brindis al sol. A esas compañías les sale más rentable echar el cierre. El sector de la hostelería se ha sentido celoso. También entiende que deberían ser objeto de ayudas. Al fin y al cabo, la existencia no hubiera sido la misma sin los bares. Pero dudo que también podamos pedir facturas con los gin tonic, para reclamarle a la Junta que cuando consumamos tres o más copas, si no la ginebra, al menos que subvencione las tónicas. Algunos ayuntamientos también manejan cubrir parte de los costes de los alquileres de estos establecimientos. Pero justo ése ha sido el gran negocio de esos arrendatarios, disparar unos precios con los se han hecho ricos estos últimos años.

Pero nadie desde la Administración encabeza ninguna iniciativa para intentar cambiar este modelo, que no funciona. Sí, crea muchos puestos de trabajo que no exigen gran cualificación. Pero la solución no es que Andalucía se vaya de puente.

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