Ignacio del Valle
Sabor a puente
Crónicas levantiscas
España se seculariza, hay menos bautizos, menos bodas religiosas y menos ciudadanos que se declaran católicos. Y se seculariza al revés, la Andalucía anticlerical de principios del siglo pasado, esa que temía Jordi Pujol es sus escritos xenófobos, es ahora más religiosa que Cataluña y el País Vasco, cuyos partidos nacionales llevaban el signo de la cruz. De Euskadi salieron tantas sotanas como ovejas, había más seminarios que batzokis, y en Cataluña, Monserrat es algo más que una abadía. Los matrimonios católicos suponen en Málaga, por ejemplo, el 26% del total, pero no llegan al 10% en Barcelona. El CIS calcula que cuatro de cada 10 niños no se bautizan, España ha dejado de ser católica, y si Andalucía resiste mejor es por la religiosidad popular, más mediática y extendida que hace cuarenta años.
A la aldea del Rocío iba Huelva, una parte de Sevilla y algunos municipios gaditanos del Guadalquivir, pero no era la peregrinación multidudinaria de estos años. Cada pueblo contaba con su romería, en cada comarca había alguna más importante que otras, pero la actividad que conllevaba se restringía al día señalado. La Semana Santa se circunscribía de domingo a domingo, y ahora le ocurre como a las campañas electorales, tiene sus días oficiales, pero comienza cuando el presidente de cada Gobierno anuncia que hay elecciones. Quienes han sido sus publicistas durante muchos años se quejan ahora del desbordamiento de la Semana de Pasión. La clasicista Mary Beard se pregunta si hay idolatría en torno a algunas imágenes ultrapopulares.
Con estas grandes celebraciones de religiosidad popular le ha pasado como al Carnaval de Cádiz: todo el año se escuchan las coplas, y sus autores han sido elevado a un Parnaso que va más allá de El Cuervo. Se lloran sus muertes como si fuesen poetas latinos. La RTVA no da este año el concurso del Falla en su principal canal, porque el alcalde de Cádiz llevó al extremo esta elefantiasis al fijarlo para el mes de junio cuando no hay ni erizos. Pero ha sido la televisión pública andaluza la que ha sacado a sus personajes de los Callejones para plazearlos por toda España.
Canal Sur, sí. La RTVA ha sido, en buena parte, la responsable de esta fiebre rociera, semana santera y carnavalesca. Hace ya muchos años, antes incluso de que se abriera el Canal, el PSOE decidió que todas esas manifestaciones populares, religiosas o no, ferias y romerías, no fuesen patrimonializados por la derecha, hasta el punto de que el Plan Romero se presentaba cada año como un hito de Gobierno andaluz, similar al Infoca o a la campaña de verano del SAS.
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