Crónica Personal

Segundo toque a Pedro Sánchez

El revés de los remanentes municipales coloca en una situación delicada al presidente del Gobierno

Pedro Sánchez ha sufrido un importante revolcón parlamentario: no ha conseguido aprobar el decreto ley sobre los remanentes municipales. Es el segundo traspiés que recibe este Gobierno, el primero fue cuando el Congreso rechazó la Ley de alquileres. Desde la legislatura constituyente en 1979 se ha dejado de convalidar el Congreso un decreto ley presentado por el Gobierno en cinco ocasiones. Este dato demuestra la dimensión del fracaso de Sánchez. Supone también una derrota para la influencia del PSOE en FEMP, donde la votación sobre las remanentes se logró con el único voto socialista y la necesidad de que el presidente de la FEMP, Abel Caballero, hiciera uso de su voto de calidad.

La situación previa era complicada: desde la Ley de Estabilidad Presupuestaria de Rajoy los ayuntamientos sólo podían utilizar su superávit para reducir deuda. La mayoría de ellos, de diferentes signos políticos, decidieron conservar los remanentes hasta que pudieran utilizarlos en el futuro; mientras tanto, quedaron bloqueados. El Gobierno de Sánchez, con el argumento de la delicada situación provocada por el Covid, propuso que los traspasaran al Gobierno central -un total de 14.000 millones de euros--a cambio de que sobre 5.000 millones de esa cantidad se levantaría el bloqueo la restante la manejaría el Gobierno, como préstamo a devolver entre 10 y 15 años.

La insistencia del Gobierno en que el decreto permitiría a los ayuntamientos tomar medidas que favorecerían a sus habitantes, no convenció a ninguna autoridad municipal, excepto las socialistas en la FEMP.

Sánchez no está habituado a perder. Y menos cuando su prioridad es la aprobación de unos Presupuestos que esgrime como elemento de presión al PP, al que acusa de irresponsabilidad porque para recibir la ayuda comunitaria hay que presentar presupuestos aprobados. Lo que es incierto como han explicado un portavoz de la Comisión.

El revés actual coloca en una situación delicada a Sánchez, que cuenta con los votos necesarios para aprobar los PGE pero que con este rechazo al decreto de remanentes ofrecer una debilidad a la que no está habituado. Debilidad que se acrecienta porque aunque aprueba los Presupuestos no existe ninguna garantía de que la UE conceda los 140.000 millones que Sánchez da por seguros y desde luego no llegarán en las fechas que para el presidente son de máxima urgencia.

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