Senderistas reconocen que el pozo no se veía a simple vista

Los tres senderistas que acudieron a ayudar a los padres de Julen después de que se produjera la caída del pequeño declararon ayer como testigos ante la jueza que instruye el caso que no recuerdan si había bloques de hormigón y que el pozo no se veía a simple vista. El niño cayó el domingo 13 de enero a un pozo de tan sólo 25 centímetros de diámetro y de algo más de 70 metros de profundidad. Su cuerpo fue encontrado a las 1:25 de la madrugada del 26 de enero por los equipos de rescate que lo buscaban desde el momento del suceso.

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