¿Superioridad moral de la izquierda?
La ciudad y los días
Esa "gente que no cree en la democracia" estaría por igual en la derecha y la izquierda populista
En la Junta de Andalucía va a entrar gente que no cree en la democracia", dijo Luis García Montero días antes del 19-J, manifestando también su preocupación por la crisis de valores democráticos en la política y los medios, la fragmentación de la izquierda andaluza y "el envite reaccionario de la extrema derecha". Supongo que daba por seguro que un resultado insuficiente del PP le forzaría a meter a Vox en la Junta.
Sobre la crisis de valores democráticos en la política y los medios estamos de acuerdo en un 50%. Porque para mí no solo la representan Vox y un PP dispuesto a pactar con ellos, también los partidos de la izquierda populista y el PSOE que pacta con ellos, además de con Bildu y ERC. Una crisis, desde mi punto de vista, mayor que la representada por la emergencia de la extrema derecha populista por la sencilla razón de que esta solo cogobierna con el PP en una autonomía mientras que la extrema izquierda populista está, gracias al PSOE, en el Gobierno de la nación.
Naturalmente hay a quien le parece que esto es un síntoma de robusta salud democrática. Para mí tanto la derecha como la izquierda populista son el síntoma de una crisis. Esa "gente que no cree en la democracia" -en el caso de que realmente exista- estaría por igual en la extrema derecha y la extrema izquierda. Si en estos días se ha visto un espectáculo vergonzoso y dudosamente democrático es el que han dado Mónica Oltra y sus compañeros de Compromís bailando sobre el tablao de una imputación del TSJ de Valencia por encubrir el caso de abusos a una menor tutelada por el que fue condenado su ex marido en 2019. Y el silencio igualmente vergonzoso de la presunta izquierda feminista. Ya se sabe: el síndrome de la superioridad moral de la izquierda.
Pero he aquí que los andaluces frenaron a Vox votando al PP, dejaron a la izquierda populista en mínimos y al PSOE le pasaron factura por la degradación sanchista del partido, lo que incluye las muchas mentiras dichas durante la campaña, desmentidas por la realidad vivida en los tres últimos años. Y todo se desinfló. Como dijo Juanma Moreno dirigiéndose al PSOE: "Si usted está tan en contra de Vox, lo lógico sería que permitiesen, aunque fuese con la abstención, un Gobierno que haya ganado las elecciones. Esa incoherencia se resume en algo muy sencillo: Sánchez necesita a Vox de cara a las futuras elecciones generales". Pues se quedó sin su juguete.
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