Cuando se aproxima un periodo electoral las ideas más variopintas salen a la palestra. Es particularmente interesante cómo en las municipales, donde los candidatos se muestran más cercanos, las diferencias son tan abismales. Mientras unos tratan los problemas de empleo, agua o educación, otros proponen echar pegamento a los candados de las viviendas turísticas. El nivel de las preocupaciones sociales es, como se puede observar, paralelo al de los propios candidatos, de ahí la importancia de saber elegir a quienes gestionarán nuestras ciudades en los próximos años.

Hoy las propuestas sobre vivienda se ponen encima de la mesa. La capacidad del Estado para sacar al mercado todo el parque inmobiliario del Sareb parece ser bastante limitada, dado sus niveles de deterioro y okupación, por lo que difícilmente sirve como solución a corto plazo. Sería más acertado impulsar mejoras en las comunicaciones que permitan a los ciudadanos vivir en lugares con precios más acordes a sus salarios. Estos procesos de descentralización son comunes en las provincias que tienen un mayor crecimiento, aunque deben ser ordenados estratégicamente.

El caso de Málaga es significativo, y de ahí la importancia de su planificación provincial futura. La diversificación de los centros tecnológicos y productivos propicia un uso eficiente de autovías y medios de transporte colectivos, ampliando las posibilidades de vivienda y empleo. Pero ello requiere de una visión urbana más amplia, que implique a la capital y su entorno. Los ciudadanos ya somos conscientes de ello, y hoy por hoy somos usuarios del ocio que nos ofrece cada municipio. No es extraño comenzar el día paseando por el Puerto Banús, comer después en Antequera y acudir más tarde a un concierto en Nerja. Por ello es fácil trasladar estos comportamientos al día a día, siempre que sepamos generar las infraestructuras necesarias, especialmente sanitarias y educativas, a lo largo y ancho del territorio.

Este tipo de propuestas son las que se esperan de nuestros responsables políticos, si realmente piensan más allá de los próximos cuatro años, y sería interesante en las campañas poder conocer su visión estratégica a largo plazo. Nuestros problemas actuales deber ser resueltos, de ahí que la capacidad de los partidos para analizarlos y la preparación de sus políticos para afrontarlos, serán las medidas que decidan nuestro voto definitivo.