Farándula, según la RAE, es la profesión y el conjunto de los actores, pero también, según el María Moliner, tiene la acepción de "charla embrollada, encaminada a desorientar o engañar, o sea, trapacería". Lo que me ha llevado a la conclusión, viendo que farándula y público abarrotaba la gala de los premios Goya, de que allí estaban todos los que son aunque no sean todos los que estaban. Lo cierto es que si los actores son profesionales de la interpretación, esto es, del engaño y cuanto mejor mientan tanto mejor es su interpretación, el Goya al mejor actor debería haber sido para Pedro Sánchez.

Me hubiese gustado saber la opinión de Don Francisco de Goya y Lucientes viendo esta feria de las vanidades que organiza la Academia de las artes y Ciencias Cinematográficas de España. Y, sobre todo, me hubiese gustado conocer cómo la hubiese reflejado en sus sanguinas destinadas a los grabados de los "Caprichos".

He conocido por la reciente y excelente columna "¿Lo recogerá Pedrolobo?", de mi colega de este diario (y admirado amigo) Ignacio del Valle, que la pertenencia a la citada Academia se obtiene mediante una solicitud en la que se acredite haber participado en alguna especialidad de producción cinematográfica, pagar 120.-€ y una cuota trimestral de 60.-€. Con tales méritos me inclino a pensar que muchos de los académicos entrarían en la colección de "Las asnerías" que Goya realizó inspirándose en el libro "Memorias de la Insigne Academia Asnal", editado en Bayona en 1792, firmado por un tal Doctor Ballesteros.

Dicho esto, bienvenida la gala de los Goyas a Málaga y enhorabuena a los premiados y a la magnífica escenificación. Pero por otro lado hay que denunciar los detestable discursos de algunos premiados, las absurdas reivindicaciones de subvenciones públicas, como si solo el cine existiese de entre las bellas artes, y el pésimo, tedioso y de mal gusto, guión de los presentadores Buenafuente y Silvia Abril, con poco ingenio, chiste fácil y escasa, por no decir ninguna, gracia.

Al hablar de Goya hemos de recordar que el genio de Fuendetodos nos dejó con sus dibujos la narración completa de la sociedad y los sucesos que le tocaron vivir. Caprichos, Desastres, Tauromaquia, Pinturas negras, etc. son el relato satírico y estremecedor de la España de su época. Goya vivió y dibujó los Episodios Nacionales que años después escribiría Don Benito Pérez Galdós..

Uno de sus dibujos lleva el título de "Trágala, perro", un hecho real, más bien cómico, que dio lugar a tener un significado político en las luchas civiles, entre liberales y absolutistas, de la España del XIX. El partido que gobernaba imponía el trágala a los vencidos. Galdós narró esta negra época española en el episodio "El Grande Oriente" señalando que aquellos sucesos quedaron estereotipados en la canción con que los liberales, cuando gobernaban, querían molestar a los conservadores: "Trágala, perro; Tú, servilón; Tú que no quieres, Constitución…." ¿Les suena, queridos lectores?