Juan López Cohard

¡Vamos, Anda!

El zoco

30 de mayo 2023 - 00:45

Ha conseguido superar a Zapatero. Le ha bastado una sola legislatura para destrozar al PSOE, a España, que es lo peor, y hundir en la puta miseria a todos los barones y líderes del partido en todo el Estado. Quiso ser él y solo él quien se enfrentase en la batalla electoral. Despreció al adversario y despreció, lo que tiene delito, al pueblo español. Se creyó el Capitán América, Superman, Batman, SpiderMan y Sentry, todos en uno. El todopoderoso. Pero no fue nada. Al pueblo español le ha bastado un día para ponerlo en su sitio, como el fatuo engreído que es. Quiso un plebiscito y lo tuvo. Porque, como buen soberbio con complejo de supremacía absoluta, nunca supo que, como advirtió Abraham Lincoln, se puede engañar a algunos todo el tiempo, o a todos durante cierto tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo. Aunque el problema de Sánchez es que ha estado engañandose a sí mismo y engañando a su partido durante todo el tiempo. Para eso puso a Tezanos al frente del CIS, para que le engañase y le dijese continuamente que los españoles le querían y le seguirían votando. Este domingo los españoles le han borrado de un bofetón la insultante sonrisa chulesca con la que ha humillado toda la legislatura, amparado por la mayoría numérica, a sus adversarios en el Parlamento.

El primer tiempo de este partido electoral ha acabado con la tarjeta amarilla que los votantes le han sacado a Sánchez y que ha significado la expulsión de los líderes municipales y autonómicos del PSOE de todos aquellos feudos donde gobernaban. Pero el segundo tiempo del partido acabará con una tarjeta roja y su expulsión de la Moncloa y de Ferraz, porque este partido electoral hará que el PSOE se replantee la deriva sanchista y vuelva a sus cauces socialdemócratas, alejado de partidos de extrema izquierda, totalitarios y anti-sistemas, para recuperar a su electorado que fue engañado miserablemente en las elecciones de 2019.

Inesperadamente el segundo tiempo se jugará el 23 de julio de este año. Dice el artículo 15 de la Constitución: “El Presidente del Gobierno, previa deliberación del Consejo de Ministros, y bajo su exclusiva responsabilidad, podrá proponer la disolución del Congreso, del Senado o de las Cortes Generales, que será decretada por el Rey”. Pero el todopoderoso lo hace como le sale de los mismísimos: primero anuncia la disolución, previa llamada al Rey y luego lo lleva al Consejo de Ministros que ya nada tiene que deliberar ¡Olé sus c…! Y con esta jugada maestra, ya que convertir en plebiscito las municipales/autonómicas le ha salido de pena, sobre todo para sus barones y alcaldables, quiere marcarse el farol de probar si los españoles cambiamos el rumbo elegido. ¿Para qué? Para que siga gobernando otros cuatro años con Bildu, Esquerra, PNV, Podemos-IU, etc. ¿Es que cree que los españoles somos tontos o estamos chalaos? El mapa municipal/autonómico es azul y eso no lo cambia ya nadie hasta dentro de cuatro años por lo menos ¿Vamos a estar toda esa legislatura con ese mapa coloreado en azul por las urnas y con un Gobierno de coalición como el que hemos sufrido en manos de un estólido narcisista preocupado por lo que dirá la Historia de él? ¡Vamos, anda! Y, a saber, ¿qué va a prometer en estos dos meses?

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