Efectivos de la Policía Local de Málaga intervinieron casi 8.500 vapers o cigrarrilos electrónicos. Algunos incluso llegaban a venderse a menores. Los policías locales comprobaron como en las cajas de algunos de los productos venía colocada una pegatina superpuesta de color plateada la cual indicaba 0%, a pesar de lo que pudieron advertir que había algunas especificaciones, todas ellas escritas en inglés, señalaban que el producto contenía nicotina, pudiendo corroborar posteriormente los agentes que la no se encontraban autorizados para su venta en España. Los especialistas en deshabituación tabáquica advierten que estos dispositivos también son nocivos para la salud e insisten en que la decisión saludable no es sustituir el cigarrillo de toda la vida por el electrónico, sino dejar de fumar. Según los agentes, municipales, entre las irregularidades observadas en esta operación están el etiquetado en inglés, sin incluir castellano; no comunicar la comercialización del producto a la dirección de salud pública, y por tanto no estar autorizada su venta en España. De todo lo actuado, la Policía Lcal remitió un informe a la Delegación Territorial de la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía en Málaga para que adopte las medidas pertinentes.

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