Yemen ya duerme en paz

No pierdan el tiempo en hacernos creer que estas bombas se han vendido para repartir flores y paz

Las intervenciones del señor Borrell y la señora Celáa han sido decisivas para que el mundo entero sepa que los misiles dirigidos por láser, que ha vendido el Gobierno de España al de Arabia Saudí, son absolutamente inofensivos para la población civil. El avance de la inteligencia artificial en nuestro país debe haber sido de tal magnitud que a ninguna persona normal se le hubiera ocurrido pensar que tenemos bombas que matan a los malos y salvan a los buenos. Es verdad que en grandes superproducciones como la Guerra de las Galaxias esto era posible, pero todos habíamos supuesto que era ciencia ficción, sin embargo, la confirmación del Gobierno ha logrado que todos los yemeníes puedan dormir en paz porque solo los malvados podrán ser destruidos. Si no fuera por lo macabro del asunto, su tratamiento irónico no tendría fin.

Lo que parece sorprendente es que alguien que es ingeniero aeronáutico por la Universidad Politécnica de Madrid y máster en Matemática Aplicada por la de Standford, como lo es el señor Borrell, sea capaz de pontificar que las bombas son de precisión y no provocan daños colaterales. Como él bien sabe, o debería saber, porque con tanto máster en entredicho ya no se sabe lo que saben, si un misil tiene un 20% de error en sus objetivos, y además su área de destrucción tiene un radio de 3 metros que es ampliable hasta los 10 metros (por aproximaciones del sistema GPS), el número de bajas civiles es absolutamente impredecible. Pero si la voluntad de nuestros gobernantes es que nos creamos que estas bombas guiadas por láser se han vendido para repartir flores, paz y buena voluntad por el mundo, le rogamos que no pierdan mucho el tiempo en ello porque el nivel educativo de los votantes es bastante más avanzado del que les gustaría.

A los pocos días de ver los bombardeos saudíes sobre niños en Yemen, observar como España quiere colaborar escondiendo la verdad a sus propios ciudadanos es realmente patético. ¿Acaso a partir de ahora todo grupo de yemeníes que lleve algún civil inocente entre sus componentes, estará libre de ser destruido gracias a la enorme inteligencia de nuestro armamento? Seguramente el remordimiento ante tanta burla y tanto disparate moral acabará pasando factura a más de uno pero, por si acaso, no olvidemos recordarle a esas almas puras e inocentes que tenemos por ministros: "Las bombas se fabrican para matar, y matan mucho".

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