Tiempo Un frente podría traer lluvias a Málaga en los próximos días

Bloguero de arrabal

Pablo Alcázar

coleraquiles@gmail.com

Un africano por la Gran Vía

Ha tenido que venir la BBC a recordarnos la responsabilidad de España en la tragedia de Melilla

Cuando llegas a Madrid, te asaltan sentimientos encontrados. Por un lado, te hallas en comunión con los aborígenes, de mente abierta y acostumbrados a recibir con normalidad a connacionales y extranjeros, y, por otro, abominas de los políticos que, empeñados en arrasar con lo público, están convirtiendo la capital en un erial invivible para el ciudadano de a pie. Esta sensación se hace más evidente cuando uno se aleja del centro y se acerca a los barrios históricamente deprimidos de la zona sur, extramuros de la M30; en los que las banderas de España no se asoman a los balcones porque sus habitantes, emigrantes en su mayor parte, no están infectados del virus nacional-españolista que invade el centro y que cubre balcones y plazas con la 'enseña nacional'.

A pesar de monumentos fastuosos, erigidos a mayor gloria de 'oligarcas' mesetarios y allegados, como la Ciudad de la Justicia o el Isabel Zendal, Madrid y sus habitantes nos siguen acogiendo a los visitantes y expatriados meridionales o de cualquier latitud con la consideración y el afecto del apátrida que sabe que todos somos del lugar en el que nos ganamos el yantar y, a la vez, de ningún sitio.

Esta tolerancia entre distintas culturas, que se da a nivel de calle, contrasta con las actuaciones de los responsables políticos, como ha ocurrido recientemente con la rediviva tragedia del salto de la valla de Melilla, porque personajes públicos siguen defendiendo la actuación de la gendarmería marroquí y la de policía española y atribuyendo la catástrofe a las mafias.

También resulta notable la tibia reacción del ala más 'progresista' del Gobierno, supuesta defensora de los derechos de los más desvalidos, y el empeño del ministro del Interior en quitarle hierro a la tragedia.

Este desastre y la responsabilidad del Gobierno español han quedado al descubierto, sobre todo, después del documental emitido por la BBC en el que se desvela la responsabilidad de España en la tragedia de Melilla y se ofrecen vídeos que muestran cuerpos sin vida arrojados de un lado a otro de la alambrada, personas que sangran y agonizan y que aparentemente no ofrecen ninguna resistencia.

Al ver las imágenes del salto de la valla, me viene a la memoria esto de Radio Futura: "Tras algún signo de vida voy, /no sé quién soy ni dónde nací / pero llevo un africano dentro de mí".

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