Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
El informe de la UCO presentado esta semana ha alertado a las administraciones, incrementando sus controles internos en todo contrato de obra pública. La impunidad demostrada en las conversaciones telefónicas, y la corrupción que se deriva de las acciones de sus protagonistas, metieron al gobierno actual en un callejón sin salida: si actúan contra ellos y hablan, malo, y si no actúan, peor. Por ello, esta situación es insostenible y serán otros los que deban resolverla, pero ¿cómo jugar una nueva partida sin romper la baraja?
Algunos de los contratos que hoy están en tela de juicio han beneficiado a empresas multinacionales tan grandes que hacen imposible perseguir sus delitos. Llevamos mucho tiempo escuchándoles hablar de “compliance”, o cumplimiento de las normas, pero al final caemos en la cuenta de cómo la riqueza del refranero español descubre sus intenciones: “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. En el fondo, a la hora de ganar cualquier obra, tratan de usar todo tipo de estrategias. Y para muchas de ellas, el entregar comisiones fraudulentas en lugares lejanos requiere de muy poco esfuerzo. El problema llega cuando las mordidas y los “mordidos” quieren regresar a su país. En ese momento, canta tanto su impresionante tren de vida, que facilitan a las autoridades judiciales el ser investigados y, en la mayoría de las ocasiones, ser fácilmente atrapados.
En muchos casos, al analizar los contratos públicos, se observa que los criterios cualitativos dan lugar a extrañas adjudicaciones. Sin embargo, cuando se mide numérica y cuantitativamente una oferta, las posibilidades de tergiversación se minimizan. Por tanto, sería conveniente premiar a aquellas administraciones que más promuevan la disminución de medidas subjetivas en los parámetros evaluables de sus concursos. Si queremos transparencia en el uso del dinero público, toda fórmula matemática que se aplique para ello, genera la igualdad de condiciones y de oportunidades.
La incertidumbre del momento puede presagiar una breve legislatura o una larga agonía. Porque el número de delitos subyacentes al documento de la UCO va a provocar cientos de juicios y demandas, y muchos empiezan a pensar que no conviene seguir quemando a los partidos que apoyan esta frágil gobernabilidad. Y hay que tomar decisiones porque, como decía Sun Tzu: “Si no puedes ser fuerte, pero tampoco sabes ser débil, serás derrotado”.
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