Postales desde el filo

Un año después

El Gobierno andaluz celebró su primer cumpleaños. No es para menos tras casi 40 años queriendo desplazar al PSOE

El gobierno andaluz celebró el pasado sábado su primer cumpleaños. No es para menos tras casi cuatro décadas intentando desplazar a los socialistas del gobierno. Todos esos años en el poder suponían una anomalía atribuible, tanto a la resistencia del PSOE, como a la debilidad de sus adversarios. Y un año después parece que los socialistas andaluces empiecen a salir de la perplejidad y asumir su derrota. Aunque sus dirigentes no acaben de asimilarla, probablemente porque, aun perdiendo catorce escaños, ganaron las elecciones con claridad. La organización andaluza del PSOE nació con la autonomía y se fue construyendo desde el poder. Ahora, más que una rehabilitación, necesita levantar un edificio de nueva planta. Está por ver si le queda la energía suficiente para emprender la ardua tarea, o si por el contrario acaba consumiéndose en inútiles combates. Si la socialdemocracia necesita ponerse al día, el socialismo andaluz necesita reiniciarse.

Sobre todo lo dicho tengo un sentimiento ambiguo: por una parte creo en la necesidad de renovar el liderazgo del partido en Andalucía, pero por otra también me preocupa la pérdida de contrapesos internos en el PSOE. Pedro Sánchez ha tomado en las últimas semanas las decisiones más importantes para el socialismo español, desde 1979, sin el más mínimo debate interno y sin consultar, tan si quiera, al Comité Federal acuerdos de tanta trascendencia, para el partido y para el país. Bajo el liderazgo de Susana Díaz el PSOE andaluz ha tenido, con mayor o menor acierto, voz propia y ha ejercido un cierto contrapeso al poder, prácticamente absoluto, con el que Sánchez ejerce su liderazgo desde su abrumadora victoria en las primarias frente a la dirigente andaluza. Por su personalismo parece que para entender sus decisiones haya que acudir antes a su "Manual de resistencia" que a la cultura, la tradición y la experiencia histórica del socialismo español. Comprendo las dificultades a las que se enfrenta la dirección socialista y creo que los acuerdos que han permitido la formación del primer gobierno de coalición de la democracia eran necesarios para superar cuatro años de bloqueo político. Pero un partido como el PSOE necesita voces que reflejen los distintos intereses y opiniones de la amplia franja del electorado al que se dirige. Supongo que algo de debate es necesario ante decisiones que, más que un cambio estratégico, suponen un verdadero cambio de paradigma.

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