Juan López Cohard

El complot

El zoco

20 de diciembre 2022 - 01:30

Dice el diccionario que complot es una conjuración o conspiración de carácter político o social. En mis 76 años de vida de los que por lo menos 60 los he vivido con uso de razón y en plenas facultades mentales, he conocido desde Franco y su dictadura, a todos los presidentes de Gobierno hasta el actual Pedro Sánchez y he de decir que solo a ellos les he oído hablar de conspiraciones y complots en contra de sus gobiernos. Con Franco eran los contubernios judeo-masónicos y comunistas, con Pedro Sánchez son los poderes de la derecha opositora, los jueces fachas y los poderes mediáticos. Cada vez más el actual presidente tiende a dictador y el PSOE-UP al partido que lo sostiene. Hay que recordar que Hitler llegó al poder también por las urnas y miren como acabó. Es cómico, si no fuese por lo grave, que el Gobierno se lance a hacer amenazas directas a supuestos conjurados de la derecha. Es del todo increíble escuchar al portavoz del Gobierno, Patxi López, que le están dando "un toque de atención a los tribunales para que no vayan por ahí". O sea, que los jueces tienen que dictar las sentencias como el Ejecutivo les ordene.

A cuenta del recurso de amparo presentado ante el Tribunal Constitucional por el PP en el que se pide la suspensión cautelar de la votación en el Congreso de las reformas del Código Penal, redactadas por los propios condenados independentistas y exprofesas para beneficiarse ellos mismos (desaparición de la Sedición y rebajas en la Malversación), y de la modificación del régimen de nombramientos de los magistrados del TC (con la barbaridad de eliminar la ahora necesaria mayoría cualificada) que le corresponden al Gobierno y al Consejo General del Poder Judicial, no se han podido decir más barbaridades impropias de quienes están al frente de la Nación. A la presentación del recurso de amparo le han llamado "golpe de Estado" y lo han comparado con el tejerazo. Demencial. El PP está en su derecho y legitimidad de presentar el recurso que le venga en gana ante el TC. Otra cosa es que el tribunal acceda a suspender cautelarmente la votación, injerencia que en ningún caso procede. Como recuerda el ilustre jurista y profesor, Pedro Moreno Brenes, "el TC no está para confirmar o censurar legítimas opciones legislativas, sino para preservar la supremacía de la Constitución sobre cualquier norma de rango inferior, como son las leyes". Por tanto sí que deberá pronunciarse sobre la constitucionalidad de las reformas, pero una vez que se aprueben en el Parlamento. ¿Por qué entonces el follón por modificar la forma de elegir los miembros del TC? Pues, sin duda, para tener el Gobierno controladas las sentencias de dicho tribunal. No olvidemos que todos los problemas vienen del obsesivo control que Sánchez quiere tener, como buen autócrata, sobre todas las Instituciones del Estado. El nombramiento que pretende hacer de los magistrados Juan Carlos Campos, ex-ministro suyo de Justicia y Laura Diez, ex-asesora de Presidencia, junto a la designación como presidente del TC a Conde-Pumpido es una auténtica provocación y un asalto del Poder Ejecutivo al Poder Judicial.

Ante la ambición de Sánchez de acaparar todo el poder uno llega a preguntarse ¿Llegaremos a tener elecciones generales a finales del 2023 o antes aprobará el Congreso, con el informe favorable del TC una ley habilitante o autogolpe como el de Castillo en Perú? ¿El complot no será el suyo?

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