Te conozco bacalao

En una ocasión en la que fuimos a comer a cierto restaurante (ya desaparecido) de Málaga el maestro Manuel Alcántara y yo. Éste pidió un plato por el que sentía devoción: bacalao al pil-pil. Cuando se lo sirvieron lo devolvió airado espetándole al camarero "No me cuele usted abadejo por bacalao". Ni que decir tiene que el maestro era un gran gourmet amante de este pescado, al que denominaba "la divina momia", y del pil-pil. Nunca más volvimos a aquél restaurante.

En la tradición culinaria la expresión "te conozco bacalao aunque vengas disfrazao" no es precisamente por ser el bacalao el sustituido sino, por el contrario, el que sustituye a otro de mayor calidad disfrazándolo con salsas o cualesquiera otro condimento. En definitiva el dicho va dirigido a todo aquél al que se le ven las intenciones de engañarnos.

Tenemos todo un año por delante de campaña electoral. Primero las municipales y algunas autonómicas y, al final, las generales. Y, sin que haya acabado la cuesta de enero, ya han comenzado los mítines de carnaval. Pedro Sánchez ha elegido Andalucía, evidentemente Sevilla, donde se cree más fuerte, para captar votos. Me imagino que ha comenzado en Andalucía para que su visita esté lo más alejada posible de los comicios. Porque, digo yo, ¿de qué va a convencer a los andaluces para que le voten, a él o al PSOE? No hace un año que los andaluces le dieron la mayoría al PP. Andalucía lo tiene muy claro con Pedro Sánchez: Te conozco bacalao aunque vengas "disfrazao". ¿De qué va a convencernos? Lleva cuatro años mintiendo, gobernando a favor de sus socios de legislatura para mantenerse en el poder, modificando el código penal para dejar en libertad a delincuentes condenados, interpretando torticeramente la Constitución en beneficio propio, vendiendo a trozos la soberanía nacional para sacar adelante una mayoría en el Congreso, haciendo rehén de independentistas vascos y catalanes al Gobierno de España, anulando la separación de poderes, haciendo descaradamente y sin pudor nombramientos partidistas en instituciones que deben ser, o cuando menos parecer, imparciales, legislando, con proposiciones de ley, eludiendo los informes técnicos consultivos, eliminando las mayorías cualificadas, destruyendo las garantías constitucionales y atentando contra el principio de generalidad de las normas jurídicas al hacer leyes "ad hoc".

Pretende que nos olvidemos de todas las arbitrariedades cometidas durante esta legislatura por el Gobierno. Recordemos, hay que recordar, el uso del dictatorial decreto ley a diestro y siniestro durante la pandemia, o en política internacional, el caso Delci, con la entrada ilegal de personas y "maletas" en España saltándose las normas de la UE, la opacidad en las relaciones de socios del Gobierno con regímenes como Venezuela o Irán, la entrega unilateral y unipersonal del Sahara hecha por Sánchez a Mohamed VI de Marruecos, sin que se hayan dado explicaciones ni se conozca el alcance de acuerdos bilaterales.

También pretende que sólo miremos los buenos datos de la inflación y el paro. Como si fuésemos retrasados mentales. La inflación general está más baja que la media europea, pero la subyacente es la más alta de la UE y los precios de los productos básicos de la cesta de la compra están disparados. Y, el paro, ya está bien ¿Cuándo se van a contabilizar los fijos discontinuos como parados? Y… Para qué seguir. Sánchez que no, que aún "disfrazao", no eres ni bacalao, te quedas en abadejo.