Las cuentas pendientes en el PSOE andaluz

Los movimientos hace meses que se iniciaron, el gran objetivo es la sustitución de Susana Díaz por alguien afín a Sánchez

La forzada paz interna en el PSOE tenía fecha de caducidad, la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Aunque el partido cuenta con margen hasta el año 2021 para iniciar su periodo de congresos, que le llevará a elegir secretarios generales y direcciones en los ámbitos federal, autonómico y provincial, en las próximas semanas o meses conoceremos si al presidente del Ejecutivo le entran las prisas para intentar ajustar cuentas con algunos de sus enemigos internos territoriales o prefiere no agitar las aguas internas del partido a la vista de la complicada navegación que le espera desde La Moncloa.

Pero tanto si decide adelantar al verano sus propias primarias para revalidar su liderazgo, como algunos de los suyos dan por hecho, o si agota los tiempos, lo cierto es que los llamados pedristas hace tiempo que han comenzado a moverse. Otra cosa es determinar si lo hacen en nombre propio o por encargo del jefe.

Y Andalucía y Susana Díaz aparece en el centro de todas las conspiraciones. Alfonso Gómez de Celis, el diputado sevillano y miembro de la Mesa del Congreso, y el parlamentario malagueño Ignacio López Cano, ambos pedristas de pata negra, no albergan duda alguna de que hay que relevar a Díaz. La sentencia condenatoria de los ERE es el argumento definitivo para defender el fin de ciclo. Gómez de Celis hace tiempo que promueve reuniones en todas las provincias para crear lo que en su argot le llaman "grupos de resistencia". El aparato del PSOE andaluz, que obedece a Susana Díaz, aún conserva el control de la organización. La idea es plantear una candidatura alternativa a la de la ex presidenta, si ésta mantiene su empeño en continuar al frente de los socialistas en Andalucía. Las malas encuestas que se anuncian también ofrecen munición para acometer esa necesidad urgente.

Desde el lado de Díaz el escenario se vislumbra de forma distinta. Dan por enterradas las diferencias entre los dos antagónicos líderes y confían en que la necesidad mutua haga virtud. Dudan que a Pedro Sánchez le interese el enfrentamiento abierto en una federación tan poderosa como la andaluza, porque bastante tendrá con consolidar su Gobierno y afrontar los desafíos que le esperan. Y confían en optar por la integración con la superación de los dos bandos. Sí que asumen que hay pedristas que no están por la unidad sino por la ruptura pero, hasta ahora, dudan que esos movimientos obedezcan a instrucciones del líder sino a iniciativas personales.

Nada nuevo bajo el sol del PSOE. Donde las fuerzas cambian de bando, los conversos hacen méritos y los indecisos se mueven entre dos aguas porque necesitan saber quién será el caballo ganador.

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