Tomates y calabazas

Lourdes Chaparro

lchaparro@eldiadecordoba.com

Por decreto

No es admisible que se sigan ofreciendo datos erróneos de las víctimas mortales del covid-19

Hay cosas que a estas alturas de la pandemia nadie se cree, aunque seguro que existe algún iluminado y convencido de que todo el caos de los datos de víctimas mortales por covid-19 es culpa del otro y no de quien gestiona. No es admisible que se sigan ofreciendo datos erróneos, pero ni desde el Gobierno central ni desde la Administración autonómica.

De un día para otro no pueden desaparecer por arte de magia personas que han fallecido dos días antes y que los argumentos que se esgriman son por el cambio del sistema de contabilización o que las autonomías no sepan contar, mientras que a una comunidad se le ofrece un margen para dar fe de sus propios datos. Pero es que luego llega el Instituto Nacional de Estadística y da otras cifras, entonces, ¿a quién creer?, ¿alguien ha pensado que se trata de personas, de familias que han perdido a sus padres, a sus tíos o a sus hermanos a sus abuelos y que no son meros números estadísticos? ¿Tan difícil es asumir la realidad? Pero la realidad de verdad, no la que se quiere hacer creer con grandilocuencia, discurso fácil y oratoria sencilla pero que ciertamente cada vez es más extendida y anula la capacidad del debate por la supuesta incapacidad manifiesta del que escucha o lee al otro lado.

No se puede olvidar lo que ha pasado desde mitad de marzo y tampoco que no hubiera plan B al estado de alarma, que sí que ha servido para evitar la propagación del coronavirus y que por fin acaba el 21 de junio para suerte de todos. Ahora resulta que sí había otro plan, el del decreto de ley. Es decir, que la nueva normalidad que intentan que llegue -si algo es nuevo no es normal- se va a encargar de regular nuestras vidas por decreto. Así, sin más. Acabado el mando único, no quedaba otra opción para seguir regulando el día a día desde Moncloa. Porque ya no hay más prórrogas, que las últimas han servido para demostrar que si se cede, siempre ganan los mismos a costa de los demás y se construye un relato en el que solo se corona quien lleva las riendas y deja al resto al pie de los caballos por incompetencia. Pero es que, además, ahora van a ser las propias comunidades autónomas las que asuman el mando para que cada una haga lo que buenamente pueda y sin injerencias de una vez por todas. Por eso, habría que dejar de meter palos en las ruedas y evitar nuevos capítulos del "y tu más", pero no por decreto, eso sí.

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