La tribuna

La eficacia de los medicamentos

VIVIMOS en una época en la que el consumo de medicamentos se ha disparado. Si nos comparamos con nuestros abuelos es una barbaridad la diferencia del arsenal terapéutico. Muchas veces me pregunto si es necesario que las oficinas de farmacia tengan que estar tan repletas de tantos medicamentos, creo que con la mitad de los existentes, tendríamos suficiente, pero vivimos en una sociedad de consumo y capitalista en la que lo que interesa es el euro a costa de lo que sea.

Al margen de esta filosofía que requeriría un pedazo de artículo, pasemos al título de este artículo.

Tengo la completa seguridad como farmacéutico de que se desperdician toneladas de medicamentos, pero no hay mal que por bien no venga, y es el beneficio que consiguen algunas ONG como Madre Coraje para enviar nuestros excedentes a otros países como Perú, Togo, o Senegal. De modo que de la mala política del uso racional del medicamento en España se están beneficiando otros más pobres, así que sería bueno que la situación continúe como está.

Los excedentes de medicamentos, son la consecuencia de exceso de prescripción por parte de algunos médicos, la presión de los pacientes a estos, la presión de la industria farmacéutica, la propaganda en el uso de los medicamentos en los medios audiovisuales, la falta de cumplimiento terapéutico por parte del paciente, etcétera.

Para mí, los pilares de la eficacia de los medicamentos son cuatro. En primer lugar la correcta fabricación del medicamento, es decir aplicar la correcta tecnología de fabricación que asegure la máxima eficacia del medicamento, en segundo lugar la correcta prescripción por parte del médico que pasa por la exactitud de la molécula prescrita, en sus dosis adecuadas y en el tiempo adecuado, asegurándose de que el paciente se ha enterado para evitar errores En tercer lugar y la más fundamental es el cumplimiento terapéutico de las órdenes médicas por parte del paciente. Y por último evitar las interacciones con los alimentos y con otros medicamentos.

Los laboratorios farmacéuticos que investigan y sacan sus moléculas al mercado han tenido que invertir en sus investigaciones millones de euros durante un tiempo que puede pasar por todos los años que uno se imagine. Y uno de los pasos que ha de sufrir el medicamento antes de comercializarlo son los controles de calidad que realizan los farmacéuticos para comprobar que los excipientes elegidos son los adecuados para que el medicamento una vez que se ha incorporado al organismo, sea liberado por parte de estos excipientes y pueda alcanzar los niveles en sangre exactos para cumplir con el éxito terapéutico.

Creo que donde se rompe con más frecuencia la eficacia de los medicamentos es en el cumplimiento terapéutico por parte del paciente. Pero ¿por qué los pacientes no cumplen con las órdenes médicas?

En primer lugar por la aparición de reacciones adversas o de efectos secundarios. De un 15% a un 20% de los ingresos por urgencias son debidos a efectos secundarios por los medicamentos, o mal uso, con lo cual hay que acudir de nuevo al médico para cambiar el tratamiento, pero el enfermo se lee el nuevo prospecto y termina por abandonar al observar la cantidad de efectos secundarios que le puede ocasionar. Otras veces no se cumplen las dosis adecuadas, de modo que unas veces el paciente se las toma como le parece o no termina el tiempo de tratamiento que el médico le ha ordenado.

He observado la influencia que tienen los datos de los prospectos sobre los pacientes, de tal manera que pienso que sería necesaria una modificación, de los mismos. Al enfermo le llega la misma información farmacológica que al médico y que al farmacéutico y esto no es lógico ya que el único que entiende perfectamente el contenido del prospecto es el médico y el enfermo lo interpreta a su manera. Por lo tanto una correcta y exacta información científica para el médico y otra más elemental para el usuario completada con la del médico.

Por último un breve comentario sobre un aspecto del medicamento que actualmente no está desarrollado y es la contemplación de las posibles interacciones entre los medicamentos entre sí y entre los medicamentos y los alimentos. Este capítulo es todo un tratado científico y que influye de una manera notable en la eficacia de los medicamentos y que la administración sanitaria debería retomar ya, de modo que los médicos y farmacéuticos tengan presente este aspecto a fin de evitar la falta de eficacia de los medicamentos. Creo que una solución sería el que cada centro de salud dispusiera de un farmacéutico experto en información del medicamento para colaborar con los médicos en sus prescripciones, habida cuenta que en la cabeza de un médico no pueden existir tantos datos farmacológicos de todos y cada uno de los medicamentos que pueden prescribir en una mañana.

Se hace necesario al igual que con el tabaco, establecer una política de medicina preventiva con consejos en todos los aspectos de las enfermedades usuales.

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