¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Grandes palabras
Hay quien decide ser emprendedor y abrir un negocio. Siempre ha captado mi atención y ha despertado mis respetos ese ciudadano que vive constantemente bajo presión y lucha por sacar su negocio adelante: capeando un día ciertos problemas o sorteando otros punzantes obstáculos. La mayoría pertenece al sector servicios y al ocio. Sin embargo, el gobierno no siempre se convierte en aliado, sino que, a las dificultades inherentes de estos, se les añaden las trabas burocráticas por un lado o los leoninos impuestos por otro. En la mayoría de los casos es realmente milagroso que “tiren palante”. Javier Gutiérrez llegó a Torremolinos en 2017 con la pretensión de abrir una heladería, incluso se marchó a Italia para aprender el oficio. Sin embargo, cambió de parecer e inauguró un bar de copas; él sabía que no podía ser uno más entre tantos, así que lo enfocó hacia una clientela un tanto olvidada: hombres maduros gais. Obviamente puede acudir cualquiera. Además, tuvo la feliz ocurrencia de otorgarle un enfoque cultural convirtiendo su espacio en una sala de exposiciones de artistas varios: Ghezzi, Maiden, Moreno, Cotera o Mugge entre otros. Por allí han cantado tenores o rasgadas voces de blues. Allí se presentó un luminoso domingo de abril la novela “Las ángelas de Goya”. Y entre copa o café, se han leído algunos poemarios. Es por lo que se debe tener en cuenta este singular bar Lounge. El dueño se enorgullece de su local al que le dedica mucho trabajo, tiempo e ilusión. Se lamenta de la falta de preparación de algunos empleados o de las trampas del gobierno, especialmente de las ayudas ofrecidas durante la pandemia: simples préstamos con sus correspondientes intereses.
Muchos hosteleros pueden asegurarlo igualmente. Un divertido bingo se le suma los domingos o las paellas que ofrece a su clientela. Tampoco le hace ninguna gracia la competencia desleal. Baloofriends es un grupo social que aúna a cientos de simpatizantes. En breve se ofrecerá una cena benéfica para ayudar y apoyar a los mayores LGTBI: los eternos olvidados. De Venice pasó a llamarse Baloo, y ahí sigue, tirando a pesar de las zancadillas y consolidándose como uno de los espacios más originales de La Nogalera. Se está convirtiendo en visita obligada para todos los visitantes, aunque no “entiendan”. Otros emprendedores a destacar podríamos hallarlos en Sensaciones de Málaga, Edén, Men´s, Aqua, Incógnito, Anca Joaquín, La Pepa, Men´s Barbershop o la Morada Ye-Ye entre otros: Próspero Año Nuevo para todos.
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