Como el escorpión de la fábula, Elías Bendodo no lo ha podido evitar, está en su naturaleza culpar a Pedro Sánchez, también, de la derrota de Málaga para la Expo 2027: “ha preferido seguir llevando a Málaga con el freno de mano puesto”. Es un yonqui de la mentira. Los portavoces del PP malagueño lo han secundado, incluyendo a De la Torre con su inigualable tono jesuítico. Acusan al presidente del Gobierno de no haber estado una semana en París como, según Bendodo, estuvo el presidente serbio. Imaginen lo que habría dicho la derecha política y mediática de la estancia de una semana en París de Pedro Sánchez. Lo de Bendodo es la adaptación provinciana de la proclama con la que el PP está coceando en esta campaña: o Málaga o Sánchez. No sé qué habrán dicho los responsables de las candidaturas de Minnesota, San Carlos de Bariloche o Phuket. A lo mejor piensan que la propuesta no era lo suficientemente buena o que la de Belgrado fue mejor o, sencillamente, aceptando que tuvo más apoyos, sin necesidad de recurrir a teorías conspirativas. Pero no los imagino culpando a Biden, al presidente Fernández o al de Nepal, de su propia derrota. Es demasiado tosco colgarla de la percha del antisanchismo. Málaga es un destino turístico de primer orden mundial, referente destacado en algunas cosas, pero no en ser una ciudad sostenible. Quizás no fue la mejor idea plantear la Expo sobre un tema tan ajeno al modelo de ciudad que se ha desarrollado en las dos últimas décadas. Incluso a buena parte de la población, que sufre ante la indiferencia del gobierno local los aspectos negativos del éxito del rápido proceso de turisficación, le puede parecer un sarcasmo. Reflexionar, como plantea el proyecto de Málaga, acerca de cómo hacer compatible el crecimiento demográfico y urbanístico con la protección del medio ambiente, es algo muy loable, aunque probablemente no sea el más indicado para proponerlo quien lleva un cuarto de siglo en la alcaldía desarrollando un modelo de ciudad que representa justamente lo contrario.

Pero volviendo a Bendodo: cuando acusa al presidente del Gobierno de haber impedido que Málaga consiga la Expo del 27, no está cambiando de opinión, está mintiendo. Aunque no veo al periodista Alsina, cuando lo entreviste como vicepresidente del PP, metiéndole el gol antes de que empiece a hablar: ¿por qué nos miente tanto señor Bendodo?

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