España a oscuras

03 de mayo 2025 - 03:07

El apagón general sufrido en nuestro país el pasado lunes 28 de abril marcará un hito en la historia de la incertidumbre. Vimos a los políticos tratando de defender a sus energías favoritas, a las empresas eléctricas mirando al supervisor mientras éste se ponía de perfil y a los ciudadanos desamparados buscando transporte, medios y alimentos, por si todo aquello perduraba. Una situación ante la que algunos buscan responsables pero que, fundamentalmente, debemos exigir explicaciones. Es evidente que nadie desea que esto se repita, pero las respuestas deben ofrecerse ya, gusten más o menos, porque solo así sabremos a que debemos atenernos.

La ignorancia tecnológica ha hecho que algunos defiendan las renovables y otros apuesten por las nucleares, como si no fueran todas ellas necesarias y absolutamente complementarias. Los sistemas de generación distribuidos que hoy disfrutamos son la mejor solución ante la escasez o caída de cualquier suministrador. Basados en el principio matemático del divide y vencerás, hacen que todos sean importantes, pero ninguno imprescindible. De ahí la necesidad de seguir incorporando tecnologías disruptivas como el hidrógeno, las corrientes marinas o los sistemas inerciales, ya que cada una de ellas aporta ese plus de generación o de almacenamiento tan necesarios para el desarrollo de nuestro país.

Hoy la calidad y capacidad de las diversas fuentes para aportar energía al consumo global, quedan compensadas y controladas a través de red eléctrica española, que como supervisor principal asegura la estabilidad del sistema. Y éste es el único organismo capaz de decidir quién nos suministra o deja de hacerlo, en función de los parámetros que consideren necesarios, ya sean económicos, volumétricos o estratégicos. Las personas o sistemas informáticos que decidieron en cinco segundos, según palabras del propio presidente del gobierno, echar abajo el 60% de las necesidades energéticas de España, deben ser los primeros en ofrecer explicaciones, y estamos hablando de un entorno sumamente acotado.

Pronto sabremos si de esta dolorosa lección hemos aprendido algo. Y si alguna vulnerabilidad poseyera el sistema, debe ser inmediatamente corregida, porque nos jugamos nuestro propio futuro. Como bien decía el filósofo y teólogo danés, Søren Kierkegaard, “La vida sólo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero debe ser vivida mirando hacia adelante”.

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