Dos espíritus

¿Ahora cómo visita Sánchez Andalucía si las siglas de sus socios parlamentarios las detestan hasta en su partido?

Ante la diversidad que encontramos en la definición de géneros de la sexualidad humana, nace una nueva aportación traída por los pueblos amerindios: dos espíritus, o personas que se conducen indistintamente por el género masculino y el femenino. Es evidente que nuestra capacidad definitoria y memorística empieza a estar colapsada por tantas posibilidades, pero también es cierto que muchas tendencias políticas ya vivían estos dos espíritus en su interior y ahora, en plena campaña electoral, surgen sin previo aviso.

Ha sorprendido la denuncia del PSOE de Sevilla por las vallas publicitarias de apoyo al Osasuna en su enfrentamiento con el Real Madrid por la final de la Copa del Rey. Curiosamente la queja no nace al encontrar el símbolo de una formación como EHBildu en una ciudad que vio asesinar al matrimonio Gómez Becerril, ni que sufrió el dolor de ver como muchos andaluces caían a manos de despiadados asesinos. No, la razón es que electoralmente no deben aparecer siglas políticas en este tipo de acontecimientos. Es de esperar que, en Sevilla, y en general en todo Andalucía, el número de votos que alcancen esos herederos del crimen sean cercanos a cero. Porque aquí aún queda algo de dignidad para distinguir entre los que buscan la libertad por vías democráticas y los que apoyan a los que no tienen el más mínimo aprecio por la vida humana.

Las alarmas en Moncloa deben haber saltado inmediatamente. ¿Ahora cómo visita Pedro Sánchez Andalucía, si las siglas de sus socios parlamentarios las detestan hasta en su propio partido? Es evidente que tendrá que dar muchas explicaciones a los extremistas vascos, pero se resuelve con más desplazamientos de etarras a cárceles de Euskadi, como ya estamos acostumbrados en este trueque sanguinario que no cesa. Lo peor es que la Copa del Rey, que evidentemente a EHBildu le preocupa bastante poco, se saldó con la victoria de un equipo que tampoco es santo de su devoción. Por tanto, es tan extraño este exceso de apoyo al Osasuna en semejante competición, que da la sensación de que sus objetivos políticos fuesen otros. Desde luego el equipo pamplonés debería hacerse mirar si este tipo de apoyos vascos no son un abrazo del oso más, o estratégicos deseos para que Navarra continúe sometida. Porque, como indicaba el terrible asesino en serie Ted Bundy: "El asesinato no se trata de lujuria y no se trata de violencia. Se trata de posesión".

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