Crónica personal
Pilar Cernuda
¿Todos los socialistas son sanchistas?
No tenía que serlo pero tenía que serlo. En Extremadura hay en juego mucho más que la presidencia de la Autonomía. De parte a parte. Digo Vox, que se ha creído que tendrá un crecimiento exponencial en toda España; digo PSOE, que se juega mucho más que la oposición, a saber si se juega la prisión del candidato con el hermano del presidente, un poco como Ábalos y Koldo en la litera. Y, por su puesto y principalmente, quien hizo la jugada de astucia de adelantar la fecha, por lo que hace Vox pero por ella misma. La señora Guardiola es que no los puede ni ver, a los de Vox. Y se le nota. Exactamente como los de Vox a ella, igual. No saben ninguna de las dos formaciones extremeñas si los votantes fallarán este juicio de Dios. Digo con un pacto que deje fuera a la candidata del PP, si quieren el gobierno autonómico. ¿Les da igual? La dificultad de pactar con su derecha, por lo que sea, es motivo de desasosiego para los populares. No gozan del amplio espectro de lo socialistas, que enseguida se acomodan con los nacionalistas vascos de todo pelaje, los independentistas catalanes y otros comunistas. El problema para estos es llegar al 50+1 pero si lo consiguen otra vez, pues no será hasta el 27 sino hasta el 31 su gobierno, fecha emblemática que será para quien la vea: cien años de la proclamación de la II República.
Y todo esto está a punto de ocurrir en Extremadura, la desconocida región española, y maravillosa. O sea, un ejemplo de este laboratorio averiado: ¿has oído hablar del tren a Cáceres y Badajoz, el que debería llegarse hasta Lisboa? Yo tampoco. ¿Cuáles son los temas que se dirimen en la campaña? Pues este de la incompatibilidad, por llamarlo de alguna manera, entre Vox y la actual candidata, sucedáneo de lo que ha de llegar entre Abascal y Feijóo. Nulla pax perpetua, decían los latinos. Ni CEDA ni nada que se le parezca, este duelo a garrotazos entre candidatos extremeños con Abascal al frente de la partida. Y el modo popular de ir a lo suyo pensando que lo suyo es lo nuestro, como si lo fuera. Las probetas y matraces del laboratorio extremeño se nos presentan muy interesantes, porque es el primer asalto a la renovación del poder en España, aunque los verdaderos púgiles estén todavía en la cautela. Muy curioso.
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