![Eduardo Jordá](https://static.grupojoly.com/joly/public/file/2024/0527/09/eduardo-jorda.png)
¡Más madera, más madera!
El cuentagotas
EL progreso científico y la necesidad han dado un gran impulso a lo que antes llamábamos aprovechamiento y hoy de manera algo cursi llamamos reciclaje. La sociedad nos pide, y la mayoría obedecemos, clasificar nuestras basuras para facilitar en su recogida el tipo de su futura utilidad: contenedores amarillos para los plásticos, azul para el papel y el cartón, el verde para el vidrio (que no el cristal) y el gris para los residuos orgánicos. Hasta aquí bien, pero lo inexplicable es el no tener en cuenta los desechos de madera que rodean nuestros contenedores en cantidades conspicuas que irán a parar, suponemos, al fuego o a su descomposición. Vemos repetidas veces las catástrofes producidas por la tala indiscriminada e irreparable de árboles en selvas y paraísos verdes. Por supuesto, que el reciclar nuestros restos solucionará poco, pero siempre será una actitud concienciada y creativa. Ver cortar árboles es un espectáculo escuálido, innatural y llegaría hasta lo inmoral. Ni los carroñeros que hurgan y buscan restos vendibles en los contenedores la quieren...¡ni para leña!