Al Partido Comunista de España se le atraganta Cuba. Llama la atención su indulgencia ante los abusos, ineficacia y corrupción de la dictadura caribeña. A las protestas de los ciudadanos de la isla indignados con su miseria y la propagación del Covid, los máximos dirigentes del PCE e IU han respondido con consignas contra el bloqueo y Estados Unidos. El secretario general del PCE Enrique Santiago, secretario de estado en el Gobierno, ha escrito en su cuenta de twitter que "Cuba está aguantando el más duro bloqueo de la historia, que impide la llegada de alimentos, material sanitario y recursos financieros".

Toni Valero, coordinador de IU en Andalucía pone algo parecido: "Más de 60 años de bloqueo económico criminal por parte de EEUU a Cuba. Eso es lo que destroza a un país que tiene uno de los mejores índices en materia de salud y educación del mundo". Ambos invocan a la ONU. El antecesor de Valero, Antonio Maíllo, confunde las críticas al régimen castrista con ataques a Cuba. Igual que Franco consideraba afrentas a España las condenas a su dictadura. A todos los autócratas les gusta llamar democracia a sus sistemas de gobierno. Franco definía al del 18 de julio democracia orgánica. Y las dictaduras comunistas se autoproclaman democracias populares.

El PCE es uno de los padres de la Constitución del 78 y su contribución a la democracia en España es innegable. Cuando llegó su declive en los 80 se camufló dentro del núcleo de Izquierda Unida, y tras nuevos retrocesos se ha convertido en fuerza subalterna de Unidas Podemos, en un juego de matrioskas rusas. En cualquiera de las fases ha defendido al régimen de los hermanos Castro. Pero la rotundidad con la que combatió a dictadores como Franco o Pinochet hace incomprensible su complicidad con la falta de libertades en Cuba.

No hay un bloqueo, sino una ley de embargo americana de 1996. Censurable. Estados Unidos hace con Cuba lo contrario que hizo con España a finales de los 50: apoyó el plan de estabilización y el tránsito de la autarquía a una economía de mercado, que facilitaron década y media después una transición democrática tranquila. Pero la administración cubana es un desastre sin ayuda del embargo. Sobre todo porque la mayor parte de la economía está gestionada por el ejército. El grupo Gaesa de las Fuerzas Armadas Revolucionarias es otra matrioska que acumula una oscura y pésima gestión de hoteles, tiendas en dólares, gasolineras, cafeterías, inmobiliarias, navieras, servicios portuarios, bancos... El grupo empresarial más importante de esta dictadura familiar está dirigido por un general yerno de Raúl Castro.

Hace unos meses Pablo Iglesias, jefe por entonces de Unidas Podemos, puso en duda que España fuese una democracia plena. Podemos niega ahora que Cuba sea una dictadura. La madera rechina cuando se mueve la matrioska del PCE.

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