La tribuna

Rafael J. Bermúdez Rivero

Lo mejor es enemigo de lo bueno

HACE muchos años que un buen jefe y mejor persona me dijera por primera vez esta frase. Por supuesto no es patrimonio suyo, pero él la llevaba hasta sus máximas consecuencias. Este hombre al que Málaga, a pesar de su origen valenciano, debe mucho de su actual configuración, era Paco Merino del que hace muy pocos días se han cumplido 12 años de su perdida.

Sus obras están ahí para conocerlo, pero también para verlas y usarlas, como son el Parque Cementerio de Málaga, el túnel bajo la Alcazaba o varios de los aparcamientos subterráneos de gran capacidad de la ciudad, entre otras muchas; y sin duda, su intervención en dos de los instrumentos de planeamiento urbanístico que han dado forma a la ciudad actual como son el PGOU de 1997 y el diseño inicial del Plan Especial del Puerto.

La falta de ese carácter pragmático que sí quecaracterizaba a mi jefe es lo único que puede explicar que se hayan tardado más de treinta años en poner en valor algo como El Caminito del Rey. Cuantas veces al pasar por la zona de El Chorro en la época anterior al AVE, hemos comentado lo increíble de la situación: él, desde el punto de vista del ingeniero decimonónico -casi renacentista, que estoy seguro le hubiera gustado ser- para haber podido diseñar soluciones viables a lo que en aquellos momentos se antojaba imposible; y yo, desde el punto de vista del economista aficionado al monte que no entendía cómo se desperdiciaban tantas oportunidades en una provincia tan necesitada de ellas.

Cuando algunos que hace décadas, tuvimos la suerte de conocer El Caminito, veíamos los itinerarios de Picos de Europa o de los Pirineos con pasos expuestos asegurados con cadenas o clavijas, conocimos -la mayor parte de las veces en documentales y revistas especializadas- las vías ferratas de los Alpes y Dolomitas, o las pasarelas aéreas y puentes colgantes de algunas montañas de Europa y Asia -no puedo dejar de nombrar el Valle del Khumbu en Nepal-; y recordábamos lo que se escondía a menos de 30 kilómetros de Málaga, no podíamos dar crédito a que los mismos responsables a los que durante decenios se les ha llenado la boca con desestacionalizar el turismo o buscar alternativas al turismo de sol y playa, no hicieran nada al respecto.

Varias veces al año suelo ir a la zona de los embalses del Guadalhorce y cuando bajo hacia la zona del Gaitanejo, o me acerco al tajo de la Buitrera o al Pico del Convento; donde además deadmirar la naturaleza en bruto, uno puede contemplar con orgullo las obras que pusieron a la ingeniería civil española de finales del siglo XIX y principios del siglo XX al primer nivel mundial; no podía creer que siguiéramos viendo el famoso cartelito con la prohibición de transitar por el Caminito del Rey, como si las autoridades pensaran que se pueden poner puertas al campo, o en este caso a algunas de las mejores vías de escalada deportiva del mundo, y no exagero con esta calificación.

Y lo peor era cuando cada tres o cuatro años, alguien presentaba "el mejor" proyecto para el desarrollo de la zona. Proyectos magníficos pero irrealizables; de los que conservo algunos estudios e infografías que espero hayan servido para generar empleo en algunas de las empresas malagueñas o andaluzas que han hecho una magnifica gestión en este campo.

Finalmente, quiero pensar que la crisis ha impuesto la racionalidad necesaria y con un proyecto barato(comparado con los cánones a los que nos tenían acostumbrados) y rápido (en un año escaso), y bajo el diseño y dirección de un arquitecto de la casa (léase Diputación), como Luis Machuca, a quien no tengo el gusto de conocer personalmente; y con la ejecución de una empresa malagueña, como Sando, a la que me honro de haber pertenecido una corta etapa de mi vida profesional, el proyecto bueno con mayúsculas, se ha convertido en realidad.

Y así se está demostrando con la repercusión nacional e internacional que está teniendo en medios especializados y también de ámbito general, con el inicio de su actividad. Es sorprendente la cantidad de minutos que le están dedicando televisiones internacionales, o el número de visitas de las distintas páginas de internet. ¿Tenemos idea de cuánto vale esta publicidad? Y todo ello, compitiendo en los medios, dada la escasez de fechas disponibles, con otros proyectos de más fácil venta.

Es el momento de felicitar a los responsables de todo esto, especialmente a la Diputación y también a nosotros mismos: los malagueños de adopción o nacimiento. Y esperar que todos sepamos aprovechar estas nuevas realidades, pero con la mirada a largo plazo que mi jefe demostró con sus planes, proyectos y obras.

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