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Farola Estos son los dos nuevos Pueblos Mágicos de la provincia de Málaga

la tribuna

Francisco Delgado Bonilla

Las modernidades del alegre Souviron

COMO alcalde de Vélez-Málaga no tengo ni intención, ni tiempo que perder, en contestar cada vez que al antiguo alcalde de Vélez -ahora en situación de expectativa de destino, pegando codazos como siempre y haciendo méritos para salir todos los días en los periódicos- se le ocurra hablar de sus megalómanos y fracasados proyectos. Pero ante las mentiras y las tergiversaciones, un político responsable debe siempre responder, aunque con ello se le dé protagonismo a alguien que sólo busca volver a estar en la palestra política, con fines que, seguro, poco tendrán que ver con la defensa del interés general.

Leyendo el artículo que publicó en este periódico el pasado sábado y viéndolo un tanto deslavazado, inconexo y farragoso, no sólo tengo que reiterar su falta de convicciones ideológicas, sino que además, ahora, tengo que criticar su falta de ideas.

El señor Souviron nos vendió, durante sus diez largos años de mandato, un proyecto de ciudad moderna e inexistente, utilizando para ello la propaganda de forma desmedida y con fondos públicos. Souviron fue siempre un político frívolo que persiguió más las políticas que llamaran la atención antes que las acciones tendentes a cambiar las estructuras profundas del municipio. Souviron buscó siempre el titular, el proyecto mediático, la resonancia exterior antes que el trabajo serio y riguroso. Souviron fue el político del Phantom, de Playa Fenicia, de las escaleras mecánicas en el barrio de La Villa, de las casas de madera para los jóvenes… Así es como entendió siempre Souviron las políticas progresistas y modernas, olvidando que el progreso para Vélez-Málaga tenía que venir, forzosamente, de la creación de estructuras industriales novedosas, de la potenciación real del sector agroindustrial, de darle un giro completo a la política turística o de ver un paralelismo entre el patrimonio y la industria cultural y turística. Pero lamentablemente durante diez años el político sólo se preocupó, con demasiada alegría y confianza ciega en el futuro, en comenzar la casa por el tejado. Mientras Souviron pensaba en proyectos gigantescos que pusieran la guinda al municipio, no tuvo ni pizca de noción de futuro al volcar toda la política de empresa y empleo -sobre todo la juvenil- sólo en el sector de la construcción. Es más, se olvidó, de forma irresponsable, de las políticas activas de empleo, como medio imprescindible para ser competitivos en el mercado laboral.

Además, en su artículo, comete algunos errores de bulto: cuando dice que el gobierno que dirijo ha dejado proyectos sin terminar parece que se olvida de que mi partido gobernó sólo 16 meses y 11 meses en la actualidad, frente a los 10 años que él mismo mandó, sin olvidar los más de 30 años en que gobernó su partido. La verdad es que el PSOE y el propio Souviron, como casi los únicos gestores que ha tenido el Vélez democrático, son los responsables del retraso económico, laboral, industrial, turístico, patrimonial y de servicios que padecemos. Igualmente se olvida -con cierto cinismo- de que el único responsable de la "monstruosa deuda" que tiene el Ayuntamiento de Vélez es principalmente de usted.

Fueron usted y su partido los que elaboraron el Presupuesto de 2007, cuando el presidente del Gobierno aún negaba la crisis. Estábamos en los alegres tiempos del despilfarro moderno y progresista del PSOE.

Y ahora vayamos con el tranvía, su proyecto estrella, la metáfora perfecta de su política frívola y de fachada. Seré breve: nadie en su sano juicio puede hacerse responsable de la deuda que el tranvía genera en el Ayuntamiento de Vélez. Nadie. Ni usted lo haría si tuviera la responsabilidad de gobernar. Usted no pagó ni una sola factura de la deuda que ya, en los primeros meses de funcionamiento, comenzaba a generar el tranvía.

Los vecinos y vecinas del municipio de Vélez-Málaga pueden estar seguros de que la decisión de suspensión del servicio está tomada con prudencia, con serenidad, con responsabilidad y con sentido del bien general. No es fácil para un alcalde tomar una decisión de esas características. Pero debo decirle a todos los vecinos que en tal decisión ha habido más responsabilidad y coherencia que en la puesta en marcha del tranvía, promovida por el señor Souviron. Lo que empieza mal termina mal, y ahí, en sus comienzos, es donde hay que buscar la causa de esta lamentable situación. Existe un informe del secretario general del Ayuntamiento de Vélez-Málaga de 2003 en el que asegura que el expediente del tranvía se hizo sin un necesario estudio de viabilidad. Es más, el secretario dice "el Sr. Alcalde, de forma unilateral, suscribe una addenda al convenio aprobado por la corporación mediante la que se modificaban aspectos sustanciales de dicho convenio…". En ese sentido la tercera unidad del tranvía se adquirió sin el preceptivo conocimiento y aprobación del Pleno. De aquellos barros, estos lodos. En definitiva, el conjunto de presuntas irregularidades cometidas por el ex alcalde y, sobre todo, la falta de un estudio sobre la necesidad y viabilidad del servicio han provocado la insostenible deuda y la falta de pasajeros. Nadie duda de que si hubiera existido un estudio de viabilidad del tranvía y demanda nunca hubiera entrado en funcionamiento.

En todo caso los vecinos de Vélez-Málaga pueden estar tranquilos: se ha diseñado un nuevo sistema de transporte más eficaz, con más autobuses, más líneas y más cobertura que satisfará sus necesidades.

Vélez-Málaga camina hacia delante. Y lo hace convencida de sus posibilidades, a pesar de los más de treinta años en los que se ha confundido la frivolidad con el progreso.

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