La muñeca rusa

Su país sufrirá más que ellos, pero les importa muy poco ante su escasez de empatía y exceso de fortuna

28 de febrero 2022 - 01:40

Es curioso que el juego infantil que identifique a un país como Rusia sea una muñeca que contiene a otra, y ésta a otra a su vez, y así progresiva y decrecientemente. Esto se asemeja a sus propios dictadores, donde cada vez que surge alguno que les mejora levemente la situación y les acerca al resto del mundo, surge otro menor que los vuelve a mandar al ostracismo y a la más indigna de las pobrezas. En este ruinoso devenir el resto del mundo sigue cambiando, pero la mentalidad de estos sátrapas no evoluciona lo más mínimo, por lo que el problema, una vez más, está servido.

Desde que Ucrania se desligara del imperio de los zares, entre sus revolucionarios herederos se convirtió en un auténtico objeto de deseo. Para todos los nostálgicos soviéticos este rico país debía ser anexionado, y por ello son varias las ocasiones en que ha sido invadido. Pero curiosamente todas aquellas naciones que han tenido su territorio dividido en un área de influencia comunista y otra occidental, cuando les han dejado elegir, siempre optan por las democracias liberales. Esto es algo que nos enseña como la imposición de ideologías sometiendo a la población nunca lleva a buen puerto, y parece que el bolchevismo sigue sin entenderlo.

Hoy nuestros ciudadanos de países democráticos no están ya acostumbrados a la fuerza bruta y al carácter beligerante de esos prebostes mentalmente subdesarrollados. Hemos entregado la responsabilidad de la seguridad a ejércitos mancomunados para seguir viviendo en paz y, evidentemente, para cualquier dictador sanguinario, estas concesiones son nuestro talón de Aquiles. Sirva como ejemplo el temblor humillante del jefe de inteligencia exterior de Putin, ante las preguntas de éste en público, y la sensación de que sería fusilado o deportado en pocos minutos si no contestaba correctamente. Pero mientras estos déspotas están jugando ante sus enormes mesas con el plano de los territorios a conquistar, empujando sus muñequitos de tanques y barquitos, y sintiéndose los reyes del mundo, su aislamiento internacional ha comenzado. Probablemente su país sufrirá más que ellos mismos, pero eso les importa muy poco ante su escasez de empatía y exceso de fortuna. En un cercano futuro se entregarán sin paliativos a la esfera de poder China, que tiene población y medios para llenar tres imperios soviéticos, y así acabará una vez más la ensoñación de esta nueva muñeca rusa.

stats