El lanzador de cuchillos

Hasta las narices

El dúo de la benzina ensalzaba la austeridad de la Moreneta frente al barroquismo 'kitsch' de la Blanca Paloma

A ver cómo lo digo para que no se ofendan: los tipos que presentan Està passant en esa televisión fascista que una democracia desacomplejada habría cerrado hace años son unos comemierdas. Para desgracia de mi querido Juan Carlos Ortega, esos individuos pasan, sin embargo, por ser dos cómicos catalanes que, tomando el sagrado nombre del humor en vano, exhiben su irreprimible odio (y asco) a España en general y a los andaluces (que consideran su quintaesencia) en particular. Lo último ha sido la parodia de la Virgen del Rocío, a la que caracterizaron como un putón desorejado que aseguraba en el castellano ininteligible de los enanos negros del sur (denominación de Sabino Arana, el bisabuelo de Zumosol de los nazis periféricos) estar "más caliente que el palo de un churrero" y llevar "doscientos años sin poder echar un polvo" en condiciones. Como para Domínguez y Soler, en materia de mares de deu, los catalanes también son mejores, el dúo de la benzina ensalzaba la austeridad de la Moreneta frente al barroquismo kitsch de la Blanca Paloma. Les faltó decir que la almonteña tiene la cara de pan de Susana Díaz y la de Montserrat, la elegancia aristocrática de Marta Ferrusola.

El tal Domínguez, que no es precisamente heredero directo del conde Ramón Berenguer, sino un charnego vergonzante, lleva años haciendo méritos para integrarse en la buena sociedad nacionalista, lo que, en su caso, pasa por recibir gustoso los nutrientes lácteos que la burguesía catalana derrama en las boquitas golosonas. En ese sentido, su historial es impecable: simuló en TV3 unas prácticas de tiro en una diana con la cara del rey Juan Carlos, deseó que todos los miembros de la selección española de fútbol murieran en un accidente aéreo y en Twitter se maravillaba de que un genio como Velázquez pudiera hablar con acento sevillano.

Servidor, andaluz moderadamente orgulloso de serlo -no decidimos dónde nacemos- empieza a estar, sin embargo, hasta la bolsa escrotal de que esta vieja tierra de acogida sea el muñeco de pim pam pum al que disparan todos los tontos xenófobos y totalitarios para congraciarse con su clientela supremacista o desviar la atención de los tantos por ciento que se levantan en billetes de curso (i)legal. Esta gentuza sombría y amargada no nos soporta porque somos abiertos, festivos y hospitalarios. Nuestro presidente ha sido educado: lo que realmente quería decirles es que estamos de ellos hasta los cojones.

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