A palabras necias

RECIBO un correo anónimo que me llama la atención. Imagino que es uno de esos mensajes que se distribuyen con mala fe aleatoriamente entre los contactos de los medios acreditados. En él habla de trato de favor en el festival. Lo que plantean clama al cielo.

Por un momento, pienso que el hecho de airearlo puede ser contraproducente. Ya se sabe que a palabras necias, oídos sordos. Pero prefiero verter mi opinión al respecto, y romper una lanza a favor de la organización del certamen.

Denuncian en esa nota que la empresa que se ocupa del departamento de prensa del festival esté implicada en las tareas de promoción de tres de las películas de la Sección Oficial a concurso. Y digo yo, si la empresa encargada de prensa y comunicación del Festival de Málaga es una de las mejores y más competentes de cuantas funcionan en nuestro país, será lo más normal del mundo que las mejores películas aspiren a contratar sus servicios. La empresa aludida promociona y gestiona la prensa de películas en festivales como los de San Sebastián. En los grandes.

El mensaje anónimo no tiene ningún pudor en señalar que el hijo del director del festival de cine malagueño forma parte del equipo técnico de una de las películas seleccionadas. Si es un buen profesional, qué problema hay.

Tanto el departamento de prensa del Festival de Málaga como su director están realizando un trabajo suficientemente riguroso y serio como para consentir este tipo de salidas de tono. En un gesto que le honra, pude ver a Carmelo Romero sentado en una platea disfrutando de la proyección de Planes para mañana hasta los créditos finales, mientras los famosos habían procedido a la tradicional levantá en cuanto terminó el homenaje a la Sardá. El festival está siendo modélico. Mimémoslo.