Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Cada año las pruebas de acceso a la Universidad traen de cabeza a propios y familiares. Es, sin duda, un momento importante de sus vidas, donde se juegan la posibilidad de acceder a los estudios elegidos o aceptar otras opciones menos apetecibles. Pero lo hemos rodeado de tal halo de dramatismo que los nervios suelen jugar malas pasadas. Y cuando la falta de concentración y lucidez fallan, culpamos al nivel del examen, pero ¿no debería su entorno presionar un poco menos a los futuros universitarios? Hasta llegar al examen, muchos de nuestros jóvenes se encuentran tan protegidos que tememos que no sean capaces de afrontar el nivel de responsabilidad exigido. Pero no nos damos cuenta que esto no es más que un paso más en el sinfín de situaciones complejas que tendrán que afrontar en sus vidas. Ahora la suerte está echada y solo resta esperar a los resultados. La elección de la Universidad, de la carrera y de su futuro están un poco más cerca, y ahí es donde realmente tendremos que ayudarlos y acompañarlos.
En este año tan curioso, donde el abanico de opciones universitarias parecería ampliarse, sorprende como los medios de comunicación arriman el ascua a su sardina. Se indicaba recientemente como nuestra Universidad de Málaga, en su clasificación dentro del ranking internacional que mide a las 21.500 universidades más importantes del mundo, bajaba del puesto 664 al 672. Es decir, un descenso del 0.0004, redondeando al alza, que alguno tachaba como tragedia, demostrando poco habilidad para dimensionar numéricamente el desplazamiento. Pero, aun así, sigue siendo la tercera universidad andaluza. Por otra parte, solo una del resto de futuras universidades privadas, la Europea, logra clasificarse en este ranking mediante su sede madrileña, siendo la penúltima de España y a más de 1250 posiciones de la pública malagueña. Sobre las otras dos, Alfonso X y la Utamed, ni están entre estas 21.500 universidades, ni se les espera. Para muchos de estos jóvenes, la aspiración de entrar en la UMA es sin duda importante. Un nuevo mundo de conocimiento, investigación e innovación los acercará a los demás sectores sociales, como futuros profesionales altamente cualificados. Pero habrá que estudiar, y mucho, para lograrlo. Parafraseando al escritor Joaquin Camps “tan importante es la salud para el que le falta, como la educación para el que la tiene”.
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