A plena luz de agosto

Ha resultado una quimera incluso plantear la posibilidad de conservar los restos aunque se retrasara la obra

El día 1. Fecha oficial del inicio de las vacaciones veraniegas de los políticos. A plena luz y con una temperatura de más de 30 grados. Así escenificó la Junta de Andalucía esta semana su promesa de que los restos arqueológicos hallados en el tramo del Metro al centro no provocarían una nuevo retraso en las obras. Un camión cargado de tierra y una excavadora se encargaron de ejecutar la orden. Con el primero se sepultaron buena parte de los vestigios. Con la segunda, se liquidaron todos los que sobresalían de la cota por donde discurrirá el túnel. Fin de la historia. Una que data de los siglos XI y XII. Un poblado musulmán en un estado de conservación muy infrecuente, pero que tuvo la desdicha de aparecer en el trazado del suburbano.

El Gobierno andaluz presumirá de que no le tiembla cuando afronta un problema. La delegada de Fomento del Ejecutivo autónomo es también la de Cultura. Y está claro cuál de las dos ha prevalecido al tomar la decisión. Los informes técnicos aseguran que la preservación del yacimiento era incompatible con la actuación y había que elegir: futuro o pasado.

Es curioso, todo se ha podido consumar sin la más mínima protesta ciudadana. Cuando respondan las preguntas formuladas por los grupos políticos a los consejeros de turno en el Parlamento, no quedará piedra alguna. Ningún experto ha querido alzar la voz, pese a que las imágenes y las galerías que hemos publicado los medios rápidamente sumaban miles de visitantes y, por ejemplo, las informaciones que desde hace meses ha publicado este periódico de este tema siempre han estado entre las más leídas. Después de más de una década de esta eterna obra, la disyuntiva de frenar todo otra vez e incluso modificar el proyecto para variar el trazado y salvar los restos, con la dilación que provocaría, resultaba una quimera incluso plantearlo. Así que la solución ha pasado por restarle importancia a lo hallado y aplicar la piqueta cuanto antes. La Feria está a la vuelta de la esquina y todo se olvidará rápidamente.

Sí, se conservarán algunas piezas en las que se quiere incidir que son las que representan un valor excepcional. Ya se decidirá dónde se colocan para, al menos salvar las apariencias. Igual en el túnel de los Callejones del Perchel. El resto, con la documentación es suficiente y el trabajo de estos meses de los equipos de arqueología, se dan por suficiente. En Málaga, sería imposible afrontar proyecto alguno sin ese tipo de contratiempos.

Una manzana completa del barrio nazarí de los siglos XII y XIII en un estado de conservación inédito. La pista para presumir cómo era la Málaga de los arrabales. Un pasado inoportuno que ya no estorba.

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