El zoco

juan lópez cohard

Fuera de la política hay vida

Demos en griego, significa "pueblo" y "ago" viene a significar "conducir" (conducir al pueblo). Pues eso es fundamentalmente lo que pretenden los políticos, unos y otros. Por eso la política española no es democrática sino demagógica. Y por eso Aristóteles definió la demagogia como la forma corrupta de la democracia. Utilizando la demagogia el político incentiva las pasiones, los deseos o los miedos de la gente con el único fin de conseguir su voto. En definitiva se trata de apelar al sentimiento y la emoción del ciudadano mediante la retórica con el fin último de conseguir el poder.

Parece que hemos retrocedido a tiempos de la Segunda República cuando el presidente del Gobierno Azaña afirmaba: "Yo no sé si soy un estadista. Lo cierto es que, de la política, lo que me interesa es mandar". Pues por lo menos era sincero y sentía temor por algo que sucedía entonces y sigue sucediendo ahora: "No me importa que un político no sepa hablar, lo que me preocupa es que no sepa de lo que habla".

En el guirigay montado con el tema fiscal estamos viendo el mejor ejemplo de lo uno, la demagogia, y de lo otro, no saber de lo que se habla. La mecha la prendió el Gobierno de Andalucía eliminando el impuesto del patrimonio que, dentro de la autonomía fiscal, al Gobierno central le tenía que haber traído sin cuidado, ya que ese impuesto es una doble imposición que solo se aplica en España y Noruega dentro de la Unión Europea. Pero aparece la demagogia: el PP favorece a los ricos.

Pero la verdad es que la bajada de impuestos que preconiza el PP es también demagógica. En unos momentos de crisis, con una inflación desorbitada y con una deuda astronómica no se puede bajar impuestos, tan solo aquel que favorece a las familias más desfavorecidas: el IVA de los productos de la cesta de la compra. Y no vale el argumento de que eso favorece también a los ricos porque también les favorece la sanidad y educación universal gratuita. ¿Por qué no se recortan gastos innecesarios? ¿Por qué son impopulares y restan votos?

Pero fuera de la política hay vida afortunadamente. Y esa sí merece la pena. El nº 26 de la revista Ateneo del Nuevo Siglo, se le ha dedicado a uno de los más relevantes artistas plásticos de la escuela malagueña de la segunda mitad del siglo XX y que sigue en la vanguardia del siglo XXI: Enrique Brinkmann. De hecho este ejemplar no constituye en sí una revista, sino que se ha pretendido y conseguido con éxito ser una exposición retrospectiva de su obra desde 2010 a 2020. Enhorabuena a nuestro Ateneo y a su equipo que, con Juan Gaitan como director y Mónica López Soler como coordinadora, junto a ilustres y destacados especialistas, han logrado sacar adelante un proyecto tan ambicioso como este número de ATS.

Por otro lado, cómo no celebrar ese Premio Nacional de Literatura otorgado a nuestra poeta, profesora, traductora y escritora, Aurora Luque por su obra: "Un número infinito de veranos". Con estos versos del poema "Días de 2020", con los que remato la columna, no se puede más que exclamar: ¡Sublime!: "Sé que recordaré / algunos de estos días / con algo parecido a una rara nostalgia. / (…) / El año en que a la vida / en el certamen / solamente le dieron papel de refugiada, de suplicante reclamando asilo".

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