URGENTE Pedro Sánchez se retira de la vida pública hasta el 29 de abril para pensar si seguirá de presidente del Gobierno

En el tejado

F.J. Cantador

fcantador@eldiadecordoba.com

Mis queridos políticos

El periodista mexicano Jorge Arena Elizondo publicó muy acertadamente -va a hacer ahora una década- los diez mandamientos del político. A saber. I- Amarás al partido por encima de todas las cosas -la Constitución, las leyes, la ética, la sociedad y la naturaleza. Así como, de tu familia, o tus principios, valores, creencias, opiniones, costumbres y conciencia-. II-No tomarás el nombre de tu santo partido en vano -jamás menciones al partido ante situaciones desfavorables que provoquen una mala imagen mercadotécnica y resten votos en próximas elecciones-. III-Glorificarás los triunfos electorales -muestra en los medios una lectura triunfalista de los resultados de tu partido aunque hayas perdido-. IV-Honrarás a tu líder y a su amante. V-No matarás los intereses genuinos del partido. VI-No fornicarás con propuestas sociales o democráticas -no violarás los principios y los objetivos partidarios de la eternización en el poder y a ser posible, si es que te dejan, ni los de tu eternización en la política-. VII- No robarás sin compartir el botín. VIII. No levantarás testimonios comprometedores ni dirás la verdad. IX-No desearás a la secretaria de tu contrincante político -ya que podría convertirse en la mejor espía de tu adversario, y descubrirán tus argucias, movimientos y estrategias-. X-No codiciarás los bienes y logros de tu líder -recuerda que eres lo que eres, ¡gracias a tu líder! Quién seguramente te promoverá en un futuro a otros cargos públicos o políticos de más rango, con mayores ingresos y un portentoso fuero constitucional; cobijado por el manto divino del partido-. ¡Amén!-.

Estos diez mandamientos que publicara Jorge Arena Elizondo, afortunadamente no los hacen suyos todos aquellos que se dedican a la política -aunque son los menos-. Esas tablas de la ley no pasan de moda en ese oficio del que -desgraciadamente para el ciudadano- muchos han hecho su profesión agarrándose a donde se hayan tenido que agarrar, pisando a quien hayan tenido que pisar y tragando los sapos que hayan tenido que tragar. Ya se sabe, sarna con gusto, no pica; y todavía pica menos si nunca se ha dado un palo al agua laboralmente hablando. Y no quiero hablar de esa ausencia total de ética tan de moda referente a engaños en forma de másteres fantasmas, tesis doctorales, currículums inflados... Parafraseando al maestro de periodistas José María García, algunos políticos no se han enterado aún de que viven de nuestros impuestos y que están para servir al pueblo y no para servirse del mismo. Sin acritud, mis queridos políticos. Creo en la honestidad de quien ejerce la política como también deberían algunos de ustedes creer en la honestidad de quien ejerce el periodismo, una profesión cuyo único mandamiento lo dictó George Orwell: "Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques; todo lo demás son relaciones públicas".

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