Al contemplar el escudo de la capital malacitana podemos leer: "La primera en el peligro de la Libertad, la muy Noble, muy Leal, muy Hospitalaria, muy Benéfica y siempre Denodada Ciudad de Málaga". Son, sin duda, los signos que mejor caracterizan nuestra forma de entender la vida y los que han hecho de esta tierra un lugar muy especial en el mundo. Pero a veces sus políticos no saben entenderlo y se alejan de la sociedad para, finalmente, perder a sus votantes. La pasada semana fueron presentados los presupuestos nacionales para el próximo año. Cualquier gestor cuidaría de manera especial aquellos lugares que le proporcionan mayores ingresos, como le ocurre a Málaga con su fulgurante desarrollo turístico. Por ello era de esperar que se impulsara el tren litoral, el vertido cero, la repoblación forestal, la tecnología agroalimentaria, etc. Pero nos encontramos con la indignante sorpresa que las mayores inversiones en Málaga van a ser la apertura de la cárcel de Archidona y la reapertura del denostado Centro de Internamiento de Extranjeros.

A veces hay que recordarles a más de uno, porque esta vez los presupuestos tendrán que ser aprobados por varios partidos, que ni Málaga ha pedido un CIE, ni lo quiere, ni va a permitir que nuestra hospitalidad se vea manchada por el trato inhumano recibido en esas instalaciones y que ya sufrimos en el pasado. Al ministro que se ha atrevido a plantearlo deberían hacerle llegar las denigrantes imágenes de la Plaza de Capuchinos, donde los familiares de los retenidos en el CIE vagaban desorientados sin saber qué hacer y sin noticias de sus allegados. Y donde muchos de los que durante años habían convivido entre nosotros eran encerrados por haber cometido el gravísimo delito de haber superado el límite de su permiso de trabajo. Desde luego viendo el nivel de los delitos económicos que otros cometen, y a los que dado su apellido nadie se atreve a condenar, parece que la justicia a veces no es tan justa.

Por tanto hay que agradecer el planteamiento del alcalde de Málaga, al declararse contrario a la instalación del CIE en la ciudad, y esperar que ese mismo espíritu sea correspondido por el resto de los corregidores de la provincia de Málaga. Nuestra hospitalidad no debe quedar en entredicho y además: ¿se imaginan a partir del Brexit a miles de británicos retenidos en este tipo de centros por haber olvidado sellar sus papeles?